Irineo Humberto Garzón Martínez deberá esperar en la cárcel mientras siga la investigación en la que está acusado de haber drogado y violado a una joven venezolana a la que acababa de tomar como vendedora en su local de venta de uniformes médicos de la zona de Once.
La Cámara de Apelaciones, en respuesta al pedido de las fiscales Silvina Russi y Mariela Labozzetta, revocó la controversial excarcelación con la que la jueza Karina Zucconi había beneficiado al comerciante a pesar de haberlo procesado por el delito de abuso sexual con acceso carnal, para el cual se prevé una pena de entre 6 y 15 años de prisión.
La Justicia ya cursó las notificaciones correspondientes ordenó la detención. Una partida de la división Delitos contra la Integridad Sexual salió, pasadas las 14, a efectivizar la captura; tenían dos objetivos: el local de Paso 693, donde ocurrió el abuso, y un domicilio de la calle Tandil al 5000, en Mataderos.
Thays, la madre de la víctima, se emocionó hasta las lágrimas cuando le comunicaron la resolución que tanto esperaba desde el lunes 25, cuando Garzón Martínez fue excarcelado, un día y medio después de haber sido detenido prácticamente en flagrancia.
Así se observa en un video que se viralizó poco después de que se hiciera público el fallo rubricado por los camaristas Pablo Lucero y Magdalena Laiño, con la disidencia de su par Jorge Rimondi, que votó por avalar los argumentos de la jueza Zucconi para dictar la excarcelación.
Alejandra Cabrera, abogada querellante, dijo a LA NACION: «Estamos conformes. Es un poco de tranquilidad para la mamá y para esta chiquita, que han sufrido tanto. Entendemos que debido a la gravedad de lo que hizo debe esperar en juicio en prisión, que es lo que debió haber pasado desde el primer momento, por lo grave que es la situación».
«Hoy nos abrazamos llorando con Thays y la nena, pero nuestras lágrimas dejaron de ser de dolor para ser de emoción. Sentimos un alivio enorme después de tantos días de dolor y de cansancio por pedir justicia», cuenta, conmovida y en llanto, Patricia, una amiga de la familia.
La decisión llegó un día después de que se diera a conocer un informe de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia, que determinó que el hecho había significado una «situación de altísimo riesgo psicofísico y emocional» para la víctima, que se encontraron en el imputado «rasgos perversos y una modalidad de acecho» y que la chica sufrió «conductas no correspondidas ni deseadas». Asimismo entre las conclusiones se destacaron la «existencia de una clara violencia simbólica y sexual» por parte del imputado, quien tomó «como un objeto» a la joven, «abusando de su dignidad y humillándola en su actuación».
Asimismo, el Juzgado en lo Civil N°8 había ordenado hoy la colocación a Garzón Martínez de un tobillera electrónica con sistema de geoposicionamiento para controlar la restricción y el acercamiento hacia la chica. Seguramente cuando se concrete la detención del comerciante, esta medida de protección se tornará abstracta y, por lo tanto, será innecesario instrumentarla.
Ante las declaraciones públicas realizadas por el abogado de la defensa, tras la indagatoria de Garzón Martínez, la querella presentó el martes un escrito a la jueza Zucconi para pedir que el letrado dejara de «injuriar» a la víctima. Así como también revelar detalles de la intimidad de la joven que «ha sido cuidadosamente resguardado para evitar su revictimización». Sin embargo el abogado querellante, Pablo Baqué, explicó: «La jueza nos dijo que no puede ordenar eso. Y nos abre la puerta a que iniciemos acciones».
Baqué adelantó, en diálogo con el noticiero +INFO, de LA NACION +, que hará una nueva presentación judicial para que se aumente el embargo que se le trabó a Garzón Martínez en el momento de su procesamiento por abuso sexual agravado por haber sido con acceso carnal. «No solo los 90.000 pesos que le impuso la jueza Zucconi nos parecieron irrisorios, sino que Garzón ni siquiera los depositó, lo que derivó, ya, en una inhibición general de bienes».
La Ciudad también lo denunció
También Marcelo D´Alessandro, secretario de Justicia y Seguridad de la Ciudad, informó que denunciarán a Garzón Martínez. El funcionario publicó en sus redes sociales que desde el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño presentarán pruebas contra el acusado por decir que la policía le robó cuando ingresaron al local.
«Cada palabra de este abogado es otro golpe más para mi hija y mi familia. Estando aún en el piso nos sigue pegando. Tenemos que aprender a cuidar a las víctimas y exigirle explicaciones a los violadores», lamento Thays Campos la madre de la joven.
Garzón Martínez, declaró el lunes ante la jueza Karina Zucconi, negó los cargos en su contra e intentó desacreditar el relato de la víctima. Dijo que no la drogo y que habían tenido relaciones sexuales consentidas, según reveló su propio defensor.
El día siguiente la víctima y su madre ampliaron su declaración En la fiscalía número 41. Además de relatar los sucesos, aportaron otros elementos que no figuraban en el acta policial original y según aseguraron: «comprometen aún más al acusado». Asimismo, brindaron datos de otras víctimas que están dispuestas a dar su testimonio en la causa. Entre las mujeres que lo denunciaron públicamente se encuentran Paola y Mailén (así pidieron ser identificadas; no quieren dar su nombre real porque tienen miedo de sufrir represalias). Ambas jóvenes manifestaron a LA NACIÓN que Garzón Martínez las acosó y las invitó «a salir» en pleno ámbito laboral. Las jóvenes están dispuestas a colaborar con la querella para que Garzón Martínez sea detenido.
La causa, caratulada como «abuso sexual con acceso carnal», está a cargo de la jueza Zucconi, que el lunes pasado (un día y medio después del hecho) le otorgó a Garzón Martínez la excarcelación bajo juramento al entender que «la pena en expectativa de efectivo cumplimiento por sí sola no es obstáculo para que el nombrado no obtenga su libertad». El lunes la magistrada delegó la instrucción de la causa en la fiscal Russi.
Cómo fue el hecho
El hecho se produjo el sábado, cerca de las 14, al ingresar la denunciante fue citada para una entrevista laboral que había coordinado el día anterior a través de Facebook.
Aparentemente, el acusado le pidió cenar ese día para «poder hablar sobre el trabajo», propuesta que fue rechazada por la joven, que finalmente acordó presentarse el sábado por la mañana en el local de la calle Paso. Según contó la joven, durante la jornada de trabajo el acusado le ofreció varias veces «un vaso de gaseosa o de jugo», y finalmente aceptó tomar algo cerca del mediodía.
Según el relato que dio a los investigadores, tras beber un vaso de agua comenzó a sentirse mareada, por lo que le envió un mensaje a su madre, primero, y llamó a su hermana, inmediatamente después, explicándole la situación. La hermana de la joven avisó de manera urgente a su madre, que se encontraba cerca del comercio, en el hospital de Clínicas, donde su marido está internado por haber sufrido un ACV.
La mujer enseguida denunció el hecho, por lo que personal policial arribó al lugar y encontró el local con las puertas cerradas y la persiana baja. Tras llamar varias veces, la policía ingresó, detuvo al hombre y hallaron a la joven tirada sobre una escalera en el fondo del comercio, con el torso semidesnudo y supuestamente bajo los efectos de psicotrópicos. Garzón Martínez intentó escapar, pero fue detenido por personal policial que secuestró del lugar, entre otras cosas, un blíster con pastillas.
La Nación