Entre 195 países del mundo, Venezuela se encuentra en el lugar 49 en cuanto a su capacidad de cómputo del Bitcoin. Así lo afirmó el economista y calificador de riesgo bancario, Leonardo Buniak, quien destacó que esto ocurre aun a pesar de ser «un país que no tiene electricidad».
El especialista en materia financiera explicó que en el mundo se genera por minería, es decir, por cómputo, 900 bitcoins diarios, de los cuales Venezuela tiene entre 3% y 4%.
«Eso es una cifra cercana a 2 millones de dólares por día«, aseveró.
Buniak señaló que en Venezuela hay «una cuota de mercado interesante» de Bitcoin y afirmó que estos también se están utilizando frecuentemente en bodegones, donde el consumidor puede ir y transar con la criptomoneda.
«Esta economía es generadora de bitcoins porque la electricidad es sumamente barata, pese a que no existe, pero la gente busca la forma de generarla», indicó.
Tal como reseña el portal CoinTelegraph, la minería de Bitcoin o criptomonedas en general, depende básicamente de tres factores que influyen en la ecuación para determinar si es posible o no ejecutar la actividad: el costo energético de tener los equipos funcionando, el hardware a utilizar y el software para funcionar.
Lo anterior básicamente consiste en dejar encendido un equipo las 24 horas del día, los 7 días de la semana para que a través de un programa informático específico realice automáticamente su tarea de ‘extraer’ bloques en una Blockchain en particular, léase Bitcoin, Ethereum, etc.
Por ello, el establecimiento de los ‘mineros’ en un país u otro, dependerá básicamente del costo energético que suponga mantener los equipos encendidos todo el día, y por supuesto del mantenimiento de temperatura óptima de trabajo para evitar daños en los mismos.
Con base en esto, se considera que los mejores países para la minería de criptomonedas en todo el planeta son Canadá, Islandia, Georgia, China y Rusia.
CoinTelegraph señala que, en el caso venezolano, bajo unas condiciones políticas distintas, el país podría ser un gran referente para la minería a gran escala, dada la capacidad de generación de energías alternativas que pueden alimentar dicha actividad, que van desde la solar hasta la alimentación por generadores a gas natural.