Pasaron siete años desde que el Boeing 777-200 del vuelo 370 de Malaysia Airlines, donde viajaban 239 personas (227 pasajeros y 12 tripulantes), desapareció luego de salir de Kuala Lumpur rumbo a Pekín. El avión se comunicó por última vez con los controladores aéreos a las 01:30 horas del 8 de marzo y perdió el contacto por radar con el Centro de Control de Tránsito Aéreo de Subang, Malasia, a las 02:40, una hora y cincuenta y nueve minutos después de despegar.
Frente a la falta de evidencias de su caída, pero sin noticias materiales sobre el vuelo, el 24 de marzo el primer ministro Razak confirmó en una conferencia de prensa que el avión había caído
en el Océano Índico, al oeste del puerto australiano de Perth. Ese día Malaysian Airlines publicó un comunicado en su página web asumiendo la finalización del vuelo en la mencionada ubicación.
Si bien se han elucubrado las más fantasiosas teorías acerca de la desaparición del avión, como por ejemplo, que fue abducido por un agujero negro, que fue víctima de un ataque yihadista o que aterrizó misteriosamente en la jungla de Camboya, entre otras ideas alocadas, la más sensata pareciera ser la hipótesis de un piloto deprimido que se suicidó y que, con él, se llevó la vida de los pasajeros del MH 370.
Así lo contó la publicación The Atlantic en un artículo que tuvo récords de lectura, publicado en 2018: fue el más leído del mundo con más de 30 millones de minutos de lectura. El autor William Langewiesche, periodista especializado en aviación, tenía fuentes, sabía que el piloto, Zaharie Ahmad Shah, estaba deprimido y había visto el peritaje del ensayo de la ruta maldita en su simulador de vuelo.
Hoy todavía no se sabe con certeza lo que pasó pero la tesis con mayores posibilidades es la del reportaje de The Atlantic que cuenta que el piloto descendió doce mil metros para despresurizar la cabina, dejar a los pasajeros inconscientes y luego muertos –lo que explica que nadie haya llegado a tiempo a mandar un mensaje de auxilio-, cambió de rumbo y cayó en un punto indeterminado del océano después de que se consumiera todo el combustible.
De acuerdo con el artículo, la depresión del
piloto se relacionaba con el hecho de que su esposa lo había dejado, que pasaba mucho tiempo solo y que tenía una relación con una mujer casada.La nave no se desvaneció. Hasta el momento se han encontrado 27 piezas del vuelo en playas de Reunión, Mozambique, Mauricio, Sudáfrica y la isla Pemba (Zanzíbar). Además, se encontraron tres fragmentos del ala entre Reunión, Mauricio y Pemba, además de otras siete piezas -incluidas partes del interior de la cabina- que “casi con seguridad” pertenecen a la aeronave. Ocho más tienen “alta probabilidad” de ser de la misma