El Banco Central de Venezuela (BCV) puso en circulación un nuevo billete de 1 millón de bolívares, el de mayor denominación en la historia del país y reflejo de la inmensa e incontrolable hiperinflación que sufre Venezuela desde hace años.
Su valor real es muy bajo: US$0,52 al tipo de cambio oficial del pasado viernes, cuando el BCV anunció su introducción en el cono monetario vigente.Y es previsible que se devalúe rápidamente como consecuencia de la hiperinflación que sufre desde hace años nuestro país que está sumido en una de las crisis económicas más graves de la historia reciente.
La cuenta de Twitter del Banco Central venezolano anunció el lanzamiento de tres nuevos billetes (de 200.000, 500.000 y 1 millón de bolívares) «para cumplir con los requerimientos de la economía nacional».
En 2018 ya le quitaron cinco ceros a la moneda, lo que no evitó que el valor del bolívar siga cayendo.
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En medio de una dolarización de facto -el 66% de las transacciones se realizan ya con el dólar, según la firma Ecoanalítica-, la medida ha sido interpretada como la respuesta al problema de la falta de cambio, que dificulta enormemente las transacciones más habituales en el día a día de los venezolanos.
Al escasear el efectivo en bolívares y ser cada vez menor el valor real del que hay disponible, muchos se encuentran con que tienen que pagar servicios de bajo valor, como el pasaje del transporte público (150.000 bolívares o US$0,07) con billetes de un dólar y los conductores rara vez tienen suficiente cambio para darles la vuelta.
La imparable devaluación del bolívar ha hecho que el dólar estadounidense se convierta en la moneda de uso preferente en los últimos años y el bolívar ha quedado solo para las transacciones más pequeñas y el menudeo.
Pero como no hay suficiente en efectivo, tampoco cumple esa función.
Según las estimaciones de la consultora Econométrica, solo un 1,9% de los bolívares que circulan en el sistema lo hacen en efectivo.
Y a la escasez de bolívares en efectivo se suma la de billetes de dólares de baja denominación, lo que hace que cosas como pagar un paquete de harina o un pasaje de autobús urbano se conviertan en un dolor de cabeza para muchos.
El economista Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, ha dicho que «están sacando a circulación un billete que será el de más alta denominación en bolívares, pero en realidad actuará más como una moneda para dar cambio».
El lanzamiento del nuevo billete fue acogido con escepticismo.
El pronóstico generalizado es que perderá su ya escaso valor tan rápido como lo hicieron muchos de sus predecesores en el cono monetario.
León cree que «esta medida solo tendrá efecto por unas semanas o, quizá meses, porque el bolívar no inspira ninguna confianza».
La historia reciente no da muchos motivos para el optimismo.
En el verano de 2018 el presidente Nicolás Maduro anunció el lanzamiento de un nuevo cono monetario como parte de su Plan de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad para hacer frente a la «guerra económica» de Estados Unidos, a quien culpa de los problemas de la economía venezolana.
Entonces nació el bolívar soberano, un nuevo bolívar a cuyo valor nominal se le quitaron cinco ceros para compensar el efecto acumulado de la hiperinflación.
Esas sucesivas revalorizaciones del valor nominal del bolívar como resultado de una decisión política apenas paliaron la erosión de la moneda venezolana a causa de la hiperinflación.
El economista y político opositor José Guerra calcula que, de sumarle todos los ceros eliminados por el gobierno en los últimos años, el nuevo billete de 1 millón lo sería en realidad de 100 billones.
Aunque la Constitución de Venezuela establece que su moneda es el bolívar, parece difícil que en el contexto actual pueda recuperar su valor y su papel en la economía.
«Quitarle ceros a la moneda o cambiarle el nombre no es la solución», señala Léon.
Venezuela lleva años sumida en una crisis económica que ha consumido más de la mitad de su Producto Interno Bruto y se ha visto agravada por la pandemia de coronavirus.
Después de años proscribiendo su uso, el gobierno ha permitido en los últimos meses el creciente uso del dólar como «una válvula de escape», en palabras de Maduro.
«No lo veo mal (…) ese proceso que llaman de dolarización; puede servir para la recuperación y despliegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía (…) gracias a Dios existe», afirmó el presidente hace unos meses.
«Venezuela siempre va a tener su moneda (…) vamos a tener siempre el bolívar, y vamos a recuperarlo y vamos a defenderlo», agregó.
El presidente ha dicho recientemente que quiere llevar hacia delante un plan para que este año la economía del país sea completamente digital, para lo que ya se ha implementado el pago del metro de Carcas con una tarjeta electrónica.
El líder chavista sostiene que las sanciones de Estados Unidos y el «bloqueo internacional» son los causantes de los problemas de las economía venezolana.
Pero expertos y diversos organismos internacionales advierten que, mientras no se realicen reformas estructurales, no será posible estabilizar el bolívar y recomiendan que el gobierno abandone su práctica de monetizar el déficit fiscal o sea cubrir con la impresión de dinero nuevo el desequilibrio entre los ingresos y gastos del Estado-