El Gobierno de Brasil pidió este lunes, 22 de marzo, auxilio a la industria médica para encontrar soluciones ante la escasez de insumos para la intubación de pacientes con COVID-19, una enfermedad que ya deja cerca de 300.000 muertos en el país y unos 12 millones de casos confirmados.
El fuerte aumento de ingresos de enfermos con coronavirus ha puesto en jaque al sistema sanitario brasileño, que se encuentra al borde del colapso debido a la falta de camas, de personal médico y de insumos para la intubación de los pacientes más graves.
Tan solo en Sao Paulo, el estado con mejor y mayor estructura del Brasil, el número de ingresos de pacientes con COVID-19 aumentó un 110 % en las últimas semanas, lo que ha incrementado la preocupación por el suministro de oxígeno.
Tras una reunión con las empresas responsables, el Gobierno regional ha descartado un desabastecimiento similar al ocurrido en Manaos, capital de Amazonas, meses atrás, pero la iniciativa privada se ha movilizado para construir una central de oxígeno en el interior de Sao Paulo para envasar cilindros.
Ante el agravamiento de la situación, el Ejecutivo del presidente Jair Bolsonaro se reunió con representantes de la industria médica para evitar el desabastecimiento en los hospitales en momentos en los que país suma récords diarios de casos y muertes por la pandemia.
En ese sentido, propuso embargar el inventario excedente de las industrias farmacéuticas que aún no esté comprometido en contratos firmados con anterioridad y recurrir al mercado internacional a través de la Organización Panamericana de Salud (OPAS), según un comunicado de los Ministerios de Salud y Comunicaciones.