El 19 de marzo, mismo día en el que Caracas se paralizó ante una arremetida de la banda del Coqui que dejó una vecina de El Paraíso fallecida, se suscitó otro tiroteo entre 2 bandas rivales en El Valle, en el que fue asesinado un adolescente de 17 años, que era una promesa del béisbol venezolano.
El joven Edwin Méndez falleció sin saber qué estaba pasando. Ese día él decidió ir a la sede del Ince para averiguar qué cursos se estaban ofreciendo y cuando regresaba a su casa fue sorprendido por una bala perdida en el sector 70 del barrio San Andrés.
Méndez jugaba béisbol; hace poco debutó en el equipo de pelota de la Universidad Central de Venezuela. Se preparaba constantemente trotando y bajando a la cancha para no perder la resistencia ante el encierro de la pandemia. El día de su muerte, sus familiares no tenían cómo comunicarse con él porque no cargaba teléfono.
En ese tiroteo también murió Jonathan Hernández (27), quien era uno de los pistoleros que se enfrentaban en el tiroteo por el control de la zona. También, pero en otro intercambio de disparos, murió en El Paraíso la vecina Deisy Coromoto Rivas Castro (55), quien estaba en el balcón de su apartamento en el edificio City Park cuando una bala perdida la hirió de muerte.
Familiares de Edwin fueron a reclamar su cuerpo el domingo 21 de marzo en la morgue de Bello Monte. En ese momento se abstuvieron de declarar a los periodistas por la indignación que les produjo el asesinato. Sin embargo, casi dos semanas después del hecho, claman por justicia. Una justicia que no llegará mientras las bandas delictivas tengan el control de los barrios de Caracas.