Una atención a medias. Eso es lo que reciben los enfermos que acuden al Hospital Central Antonio María Pineda y al Pastor Oropeza, pues el nivel de escasez de insumos médicos es tan alto, que los familiares deben hacer de tripas corazón y sacar dinero de donde no tienen para cubrir gastos en materiales que deberían aportar los centros de salud, como por ejemplo guantes, inyectadoras e incluso los medicamentos.
«Se está pidiendo hasta lo más mínimo, en mi caso me ha tocado comprar macro goteros, adhesivos, inyectadoras y hasta alcohol, porque aquí no los tienen, hay personas que no tienen tantos recursos para comprar todo lo que piden», dijo Nicol Dudamel quien se encontraba a las afueras de la emergencia del Hospital Central.
Este déficit de insumos en los centros de salud ha sido denunciado en varias oportunidades por el personal de salud, sindicatos y por la directiva del Colegio de Médicos, quienes han asegurado que el Hospital Central registra un 90% de inoperatividad debido a que no se cuentan con los recursos necesarios para atender a los pacientes.
La Prensa Lara