A veces pienso que estas columnas no sirven, no transmito mis ideas ni mis consejos Por mucho que me esfuerce en expresar mis recomendaciones utilizando hechos de la vida real, me doy cuenta que no tienen el efecto deseado. Tal vez la gente puede sonreír un rato con ellas, en el mejor de los casos puede leerlas y reflexionar un rato, pero también pueden pasar unos días, olvidarlas y regresar a sus actividades.
¿Y porque les digo esto? Tal vez se acuerden de una columna que escribí hace unos años donde les conté que un lector me había escrito que había comprado una computadora, que cuales eran las recomendaciones pertinentes para la utilización y todo lo que estos conllevaba al estar conectados a la internet, lo primero que hice fue explicarle que debía crear un perfil a cada persona que tuviera acceso a la misma y así mantener la privacidad y contabilidad de los recursos.
Hace unos días me escribió diciéndome que él pensó que había expresado los grandes beneficios de tener cuentas separadas entre todos los miembros de la familia y no prestándose las cuentas: Pero al final cada quien hizo lo que le pareció, definitivamente es más fácil prestar la cuenta y la contraseña y punto.
Me comenta que llego el momento en que sus padres también compraron una computadora y dejaron la anterior a otros familiares, ¿Le comentaron sus intenciones? No, ¿Crearon perfiles o nuevas cuentas?? No, ¿Cambiaron la contraseña??? Tampoco, el resultado: Ahora los familiares podían ver sus archivos, cuentas de correo, mensajes, etc., Ahora que la situación se hizo insoportable me comenta lo sucedido para ver si yo podía orientarlo. Por supuesto, sin duda ayudaría faltaba más. Ante todo, siempre mi admiración, gusto y deber. Solo me quedo la duda de la claridad de mis enseñanzas. Esa desobediencia familiar junto con la falta de retroalimentación de muchos de ustedes amigos lectores, me puso a reflexionar sobre el valor de estas columnas.
Hace tiempo, me contaron la historia de un niño que estaba en una playa infestada por peces que habían sido arrojados a la arena y estaban moribundos, el niño tomaba algunos peces y los regresaba al mar, una persona le dijo: ¿Para qué regresas los peces son demasiados y nunca terminaras?, el niño lo miro firmemente y le contesto: Es verdad, es muy probable pero para ese pez habrá valido la pena, así me siento yo, si estas columnas ayudan a alguno de mis lectores, entonces estos años escribiendo columnas dando mis consejos, mis recomendaciones y mis tips de prevención habrán valido la pena
@adogel
T:me/seguridadintegral
Adolfo M. Gelder