La estrella de Los Angeles Lakers, LeBron James, dijo, tras anotar la canasta decisiva con la que su equipo derrotó a los Golden State Warriors 103-100, que «veía tres aros porque me habían metido un dedo en el ojo así que apunté al del medio».
La ajustada victoria de los Lakers ante los Warriors de Stephen Curry permitirán al equipo de Los Ángeles disputar la primera ronda de los playoff de la Conferencia Oeste a los Phoenix Sun.
Mientras, la derrota en el Staples Center de Los Ángeles condena a los Warriors a pelear el octavo y último puesto de los playoff en la Conferencia Oeste a los Memphis Grizzlies, que ayer derrotaron a San Antonio Spurs en el otro partido del play-in.
Aunque LeBron no fue el máximo anotador de su equipo (Anthony Davis hizo 25 puntos y 12 rebotes), la estrella de Los Lakers obtuvo un nuevo triple-doble con 22 puntos, 11 rebotes, 10 asistencias, 2 robos y 1 tapón.
Tras el partido, LeBron reconoció a los medios de comunicación que tuvo problemas con el tiro que acabaría decidiendo el partido.
La pelota llegó a las manos de LeBron, que estaba situado a medio camino entre el medio del campo y la línea de tres puntos, cuando los Lakers sólo tenían 1 segundo de posesión. A pesar de ello, y con Stephen Curry encima, LeBron consiguió anotar el triple.
«Lo primero fue mirar el reloj. Vi que tenía que lanzar y por lo menos que llegase al aro. Lo segundo es que veía tres aros porque me habían metido el dedo en el ojo en la jugada previa cuando entré a canasta. Así que apunté al del medio. He practicado lo suficiente para meterla», explicó LeBron.
El jugador reconoció que durante el descanso, la mentalidad de los Lakers, que hasta ese momento perdían de 13 puntos, cambió y que el equipo angelino había perdido la costumbre de jugar este tipo de partidos ajustados.
«Ha pasado algo de tiempo desde que estábamos en la post-temporada. Ha pasado algo de tiempo desde que teníamos uno de esos partidos de energía, de esfuerzo, en los que cada posesión cuenta. Pero una vez que hicimos los ajustes en la segunda mitad, fuimos capaces de responder y ganar», explicó.
Sobre la jugada en la que, a falta de 2 minutos para el final del partido, Draymond Green le metió un dedo en el ojo, lo que requirió que el encuentro se parase para que fuese atendido, LeBron explicó que quería terminar el partido sobre la cancha.
«En esa jugada, el dedo de Draymond fue directamente a mi ojo y por eso me costó recuperarme un poco. Quería estar seguro que estaba bien, que no sangraba y que podía ver un poco, lo suficiente para terminar el partido», explicó. / EFE