Alguna vez has querido hacer un movimiento pélvico que sea lo suficientemente para mover el piso de tu pareja, entonces debes darle el beso de Singapur y dejar que los sentidos se expresen al máximo en una noche de pasión.
Hace 3 mil años, una mujer creo el besos Singapur para darle placer a los hombres a través de las contracciones de su vagina. Y esta técnica está relacionada con el tantra y kamasutra que se practicó durante siglos en países; como Tailandia o Japón antes de llegar a Occidente.
Sencillamente, el beso de Singapur consiste en la contracción repetida de los músculos de la vagina, mientras el pene del hombre está adentro de ella; y estos movimientos producen una especie de masaje, además de succión que puede producir placer a ambos miembros de la pareja.
Es necesario que la mujer tenga unos músculos pubocoxígeos o que el suelo pélvico esté muy tonificado mediante los ejercicios Kegel.
La mujer debes estar sentada, preferiblemente, y ejercitar el suelo pélvico de la misma forma como si quisieran cortar el flujo de orina. Se recomienda comenzar con unas 20 repeticiones, 3 veces al día, e ir aumentado.
Practicar el beso de Singapur
El hombre debe estar quieto, tumbado boca arriba, e introducir el pene en la vagina de su pareja sexual y que esté comience a contraer los músculos pubocoxígeos como si estuviera haciendo sus Kegel.
Desde ese movimiento, el beso de Singapur se puede combinar con contracción de músculos abdominales, con una ligera penetración, con una penetración más profunda, con movimientos de la cadera.