Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, implementaron nuevas sanciones contra Bielorrusia este lunes 9 de agosto, coincidiendo con el primer aniversario del inicio de las protestas en el país de Europa del Este contra las elecciones que fueron ampliamente consideradas fraudulentas.
Desde entonces, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha tomado duras medidas contra manifestantes pacíficos y opositores políticos.
“En lugar de respetar la clara voluntad del pueblo bielorruso, el régimen de Lukashenko perpetró un fraude electoral, seguido de una brutal campaña de represión para sofocar la disidencia”, sostuvo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado. “Desde detener a miles de manifestantes pacíficos, hasta encarcelar a más de 500 activistas, líderes de la sociedad civil y periodistas como prisioneros políticos, hasta forzar el desvío de una huida internacional en una afrenta a las normas globales, las acciones del régimen de Lukashenko son un esfuerzo ilegítimo para aferrarse al poder a cualquier precio».
Las acciones de Washington, Londres y Ottawa apuntan a las industrias de la construcción, la energía, la potasa y el tabaco de Minsk, que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos describió como las “billeteras” del gobierno de Lukashenko.
«Junto con nuestros socios canadienses y británicos, hoy estamos demostrando una continua condena internacional a las acciones antidemocráticas del régimen de Lukashenko», dijo la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen , en un comunicado.
En respuesta a las sanciones británicas, que se anunciaron más temprano en el día, Lukashenko dijo a los periodistas el lunes que Gran Bretaña podría «ahogarse» con ellas.
«Ustedes son los perros falderos de Estados Unidos», declaró Lukashenko en una conferencia de prensa de una hora durante la cual negó ser un dictador y dijo que sus acciones contra manifestantes y opositores políticos fueron en defensa de Bielorrusia y evitaron un golpe de Estado.Reino Unido y Estados Unidos habían señalado previamente a personas bielorrusas congelando activos e imponiendo prohibiciones de viaje, pero esas acciones no han logrado moderar el comportamiento de Lukashenko, que ha dirigido la ex república soviética desde 1994.