El Tribunal Cuarto de Violencia contra la Mujer del área metropolitana condenó este miércoles 11 de agosto, a 29 años de prisión a dos de los siete imputados por el femicidio de la adolescente Ángela Aguirre.
Se trata de José Cedeño, imputado por los delitos de femicidio agravado, violencia sexual y suministro de sustancias a menores de edad; y José Zorrilla, acusado de omisión al socorro y complicidad en el delito de femicidio.
«Hoy se dio un gran paso por la Justicia, nos tocó a nosotros como familia vivir la perdida de nuestra hija, y ya no nos la van a devolver!! El juez dictó sentencia de 29 años para José Cedeño y José Zorrilla», escribió en su cuenta de Twitter el padre de la adolescente, Ángel Aguirre a las 9:00 pm.
El abogado de la parte acusadora, Joel García, explicó que en los casos de Orlando Salazar, Wilmer Díaz y Glauber Zorrilla, fueron condenados por el delito de omisión al socorro, «pero como tiene penas inferiores y ya cumplidas, les dictaron libertad».
Con respecto a Joselyn Barreto y Dayana Nicieza, el tribunal las absolvió de los cargos. El Ministerio Público ejerció la apelación con efecto suspensivo, lo que paraliza la ejecución de la libertad de los imputados, hasta tanto la Corte de Apelaciones no decida sobre el caso.
¿Qué le pasó a Ángela?
El 23 de marzo de 2019, Ángela Nohely Aguirre Yaguare, de 16 años, fue con el permiso de sus padres a la fiesta de cumpleaños de José Alberto Cedeño en el Club Ítalo-Venezolano de Ciudad Guayana. Según sus padres, ellos no sabían que quienes celebraban ese día irían en lancha a la isla “La Terecaya”.
Según la madre de Angela, perdieron contacto con ella a las 8 p.m. La llamaron infinitas veces y estaban desesperados sin saber qué hacer hasta que recibieron una llamada de la mamá del cumpleañero diciendo que «la niña se había caído de la lancha y no la encontraban». Todo lo que pasó a partir de ese momento fue «una pesadilla» para la familia Aguirre Yaguaré. Inició un proceso para hacer valer la justicia que hasta el día de hoy no ha concluido.
Luego de tres días de búsqueda, el 26 de marzo de 2019, el cuerpo de Ángela flotaba río arriba. Es decir, a contracorriente, muy cerca del balneario “El Rey”. Allí estaba su cuerpo ya rígido con un traje de baño marrón y un chaleco salvavidas del mismo color. El mismo que llevaba en la última fotografía que Angela posteó.
El director general del Cicpc, Douglas Rico, publicó el 26 de marzo de 2019 en su cuenta de Instagram que, a través de la necropsia, la causa de muerte fue por asfixia mecánica por inmersión con lesiones en las partes íntimas y hematomas el cuerpo de Ángela.
Días después, se realizó una segunda autopsia y el 29 de marzo Rico ofreció una rueda de prensa desde la Subdelegación Ciudad Guayana en la que indicó que el resultado de la segunda autopsia, que duró unas 4 horas y que fue realizada por la unidad científica del Ministerio Público, tomó un giro distinto. El cuerpo de la joven estaba boca abajo y por la posición se generó la lividez postmortem (coloración rojiza-amoratada debida a una acumulación de la sangre en esas zonas), además de rigidez cadavérica y la saponificación (abombamiento del cadáver).
De igual forma las pesquisas determinar que aún cuando Ángela tenía el chaleco pudo haberse ahogado accidentalmente porque el oleaje de noche es muy fuerte y por lo general estos artículos tienen un tiempo de vida. Por su parte, la familia de Ángela asegura que se trata de un femicidio y que la adolescente fue víctima de violencia sexual y física antes de morir.
Según la ley, el tribunal está en la obligación de hacer comparecer al testigo, pero también puede solicitar a quien lo propuso que coadyuve a su traslado, en este caso la parte querellante (familia de Aguirre).