Este domingo, los talibanes entraron a Kabul y clamaron “victoria” desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani huyera al extranjero luego de 20 años de intervención militar extranjera y una ofensiva relámpago insurgente de tres meses.
“Los talibanes ganaron”, declaró Ghani en Facebook, asegurando que abandonó el país para evitar un “baño de sangre”, pues “innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida” si se hubiera quedado.
“Unidades militares del Emirato Islámico de Afganistán entraron en la ciudad de Kabul para garantizar la seguridad”, tuiteó el portavoz de los insurgentes Zabihullah Mujahid. “Su avance continúa con normalidad”, añadió.
Por la noche, la televisión afgana difundió imágenes de combatientes afganos dentro del palacio y clamando “victoria”.
“Nuestro país ha sido liberado y los muyahidines son victoriosos en Afganistán”, dijo un militante al canal de noticias Al Jazeera desde el palacio presidencial.
«En los próximos días, queremos una transferencia pacífica» del poder, declaró Suhail Shaheen, un vocero talibán radicado en Qatar, que forma parte del grupo que participó en las negociaciones celebradas en ese país del Golfo, informó la cadena de noticias británica BBC.
«Queremos un gobierno islámico inclusivo. Eso significa que todos los afganos pueden formar parte de ese Ejecutivo», prosiguió. «Veremos eso en el futuro a medida que se lleve a cabo la transferencia pacífica», subrayó el vocero.
En 10 días, el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomó el control de casi todo el país.
Ahora, los insurgentes están a las puertas del poder, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición liderada por Washington, a raíz de su negativa a entregar a Osama bin Laden, líder de Al Qaida, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.En la mayoría de los bancos se pudo ver una gran aglomeración, con gente que buscaba retirar su dinero mientras quedara tiempo.
En las redes sociales, se publicaron videos en los que aparecen grupos de combatientes talibanes fuertemente armados patrullando por las grandes ciudades, con banderas blancas y saludando a la población.
En el barrio de Taimani, en el centro de la capital, el miedo, la incertidumbre y la incomprensión eran visibles en el rostro de muchos.
Los talibanes impusieron una versión estricta del islam cuando gobernaron Afganistán de 1996 a 2001.
Las mujeres no podían trabajar ni salir sin estar acompañadas por un hombre, y se prohibía a las jóvenes y niñas ir a la escuelas. A los ladrones se les cortaba las manos, los asesinos eran ejecutados públicamente y los homosexuales eran liquidados.
Hoy, tratan de dar una imagen más moderada y prometieron que si volvían al poder respetarían los derechos humanos, en especial los de las mujeres, aunque de acuerdo con los “valores islámicos”.