El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este miércoles a su Gobierno mantenerse alerta ante posibles amenazas terroristas en Afganistán, incluidas las de la rama en el país del grupo Estado Islámico (EI), tras el ascenso de los talibanes.
Biden y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, se reunieron con su equipo de seguridad nacional para recibir información sobre la situación en Afganistán, explicó a los periodistas una fuente de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.
«El presidente, la vicepresidenta y su equipo hablaron de que están centrados en mantenerse atentos a cualquier amenaza terrorista potencial en Afganistán, incluidas las provenientes del EI-K», afirmó el funcionario, refiriéndose al EI-Khorasan, rama de ese grupo terrorista en el país centroasiático.
Aunque Washington teme que la rama afgana del EI se fortalezca a partir de ahora, no tiene tan claro que vaya a hacerlo con el beneplácito de los talibanes, a juzgar por las declaraciones de este martes del asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan.
«Ha quedado bastante documentado que los talibanes y el EI combaten entre sí, se pelean entre sí. Así que no preveo que vaya a haber una relación simbiótica ahí», afirmó Sullivan durante una rueda de prensa.
No obstante, Sullivan subrayó que la situación en Afganistán es bastante «dinámica» tras la toma de Kabul por parte de los talibanes, y que la Casa Blanca tendrá que seguir alerta para ver cómo se desarrollan las cosas.
En su reunión de este miércoles, Biden también abordó con su equipo los intentos de «acelerar las evacuaciones de ciudadanos estadounidenses», de afganos que colaboraron durante la guerra con sus tropas y ahora han solicitado visados para EE.UU., y «de otros afganos vulnerables», indicó el citado funcionario.
Además, hablaron sobre los esfuerzos para «facilitar un paso seguro» de los civiles al aeropuerto internacional de Kabul, un día después de que Estados Unidos anunciara que había alcanzado un acuerdo con los talibanes para que permitieran ese tránsito al aeródromo.
Biden también habló este miércoles por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y ambos acordaron seguir coordinando sus respectivas operaciones de evacuación en Kabul, y preparar la cumbre virtual del G7 sobre Afganistán que se celebrará la próxima semana.
«Abordaron la necesidad de una coordinación estrecha a la hora de proporcionar ayuda humanitaria a los afganos vulnerables en el país, además de apoyo a los estados vecinos, y acordaron seguir planeando ese trabajo» en la cita del G7, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
Según una nota del Gobierno alemán, Merkel subrayó en la llamada la «necesidad» de «posibilitar» la evacuación «del mayor número de ciudadanos y ciudadanas afganas».
La misión de Estados Unidos está centrada en evacuar a los 11.000 estadounidenses que este martes calculó que aún seguían en Afganistán, así como a decenas de miles de afganos que colaboraron con Washington durante la guerra.
Ese complejo proceso de evacuación ha forzado a Biden a enviar 7.000 soldados al aeropuerto de Kabul, casi el triple de los 2.500 que había en el país en mayo, cuando comenzó la retirada militar estadounidense.
EFE