La madrugada de este jueves aterrizó el avión de las Fuerzas Armadas españolas con un contingente compuesto por 53 personas, de las cuales 48 eran de nacionalidad afgana y 5 eran ciudadanos españoles.
Según explicó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ya no quedan españoles en el país, “salvo los necesarios para proseguir la evacuación”. En concreto, todavía permanece en el país el embajador, Gabriel Ferrán, así como su segunda en la Embajada y miembros de las fuerzas de seguridad españolas.
Las 53 personas fueron recibidos, además de por el ministro de Exteriores, por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Teodoro López Calderón.
A su llegada, los viajeros se sometieron a pruebas de detección de la covid y los afganos pudieron expresar su voluntad de pedir asilo ante la Policía.
Albares explicó que con este vuelo “concluye la primera fase de la operación de evacuación” que podría prolongarse varias semanas en función de las condiciones del aeropuerto de Kabul, una circunstancia “que no está en manos de España”.
“Nuestro objetivo – explicó el ministro de Exteriores– es claro: poder trasladar a todos aquellos afganos, y sus familiares, que han colaborado durante todos estos años con España en el menor tiempo posible”, lo que supone un “desafío”, después de “la celeridad con que los talibanes han llegado a Kabul y que nadie podía prever”.