La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez dio a conocer este viernes en sus redes sociales una carta dirigida al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en la que le pide que junto a la comunidad internacional ponga «un alto a los proxenetas del poder».
«Mientras me observa mi carcelero, aprovecho estas pocas líneas y desde mi oscuro y frío encierro, cada momento pierdo las esperanzas que en Bolivia tengamos justicia verdadera para componer grietas hoy existentes», así inicia la carta de Áñez con fecha del 5 de septiembre.
La expresidenta interina, quien cumplirá el próximo lunes 13 de septiembre seis meses en detención preventiva, tiene abiertas varias causas por el caso conocido como «golpe de Estado», en el que se le acusa de los delitos de sedición y terrorismo.
«Mi pedido de clamor y ayuda no es por mí, sino por un país totalmente destruido judicialmente y que su poder judicial está prostituido al gobierno de turno», afirma en la misiva en la que pide que la comunidad internacional viaje a Bolivia para «ver lo que está pasando con la justicia y los presos políticos».
En ese sentido, le señala al secretario general de la OEA y a la comunidad internacional que «deben venir a Bolivia y poner un alto a los proxenetas del poder que son liderados por (el presidente boliviano) Luis Arce y (el exmandatario) Evo Morales.
«Seguramente mis carceleros quieren que muera en esta cárcel de la que hoy le escribo y a veces pienso que es la mejor solución», escribe Áñez, quien desde que está recluida ha presentado varios problemas de salud por la hipertensión arterial que padece y también ha registrado episodios de depresión.
Pero reconoce que «eso no arreglará el tema de fondo que es que en Bolivia la justicia no vale ni arregla sino divide y arruina».
A finales del mes pasado Áñez manifestó que ya «no quiere vivir», luego de conocerse que se autolesionó en los brazos, por lo que su familia ha pedido en varias ocasiones que le permitan que sea atendida por un especialista, pero las autoridades sostienen que la exmandataria está «estable», recibe la atención adecuada y es apta para cumplir su detención preventiva.
Carolina Ribera, la hija de Áñez, se encuentra estos días en Estados Unidos en donde ha sostenido sendas reuniones con organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia que recientemente le solicitó al Gobierno de Bolivia información sobre la situación de la ex jefa de Estado interina.
La defensa de Áñez acudió a la CIDH para solicitar una medida cautelar para que el Estado boliviano proteja a la exmandataria y puedan darle detención domiciliaria teniendo en cuenta su estado de salud.