Directivos de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015 -de mayoría opositora- enviaron una carta al presidente colombiano, Iván Duque, manifestando desacuerdo con la medida de control sobre Monómeros, acordada por la Superintendencia de Sociedades.
La carta fue divulgada en las redes sociales del periodista Vladimir Villegas, en el que indicó que “En la carta a Duque denuncian que en Monómeros, un conjunto de personas ha venido promoviendo actos de desorganización industrial y generando informaciones distorsionadas y malintencionadas que han sido tomadas como ciertas por la Superintendencia”.
Cabe destacar que el comunicado no fue firmado por los parlamentarios Juan Guaidó y Carlos Berrizbeitia, quienes fungen de presidente y segundo vicepresidente de referida directiva. Las razones no se explican, si era que no pudieron firmarla o no la avalan.
Por su parte, Juan Pablo Guanipa(PJ), Nora Bracho(UNT), Piero Maroun (AD) y Alfonso Marquina (PJ) firman la misiva en la cual expresan que «no podemos ocultar nuestra preocupación por los efectos nocivos, derivados de la resolución de control emitida por la Superintendencia».
Villegas manifestó que en la tercera página de la misiva a Duque “se detalla esos actos destinados a llevar a la insolvencia a Monómeros”.
Indicó que en la última carta, le piden al mandatario colombiano “permitir que terceros se apropien del patrimonio de Monómeros atentaría gravemente contra los intereses de ambos pueblos”.
De acuerdo con Villegas, representantes de los partidos PJ, UNT y AD “firmaron esta carta contra la voluntad de Guaidó. Y uno se pregunta, por qué el llamado «gobierno interino» apoya la medida contra Monómeros. Y también valdría la pena saber quiénes son esos terceros que quieren ponerle la mano a esta empresa venezolana”, enfatizó.
Los exdiputados de la Asamblea Nacional electa en 2015 afirmaron que Monómeros Colombo Venezolanos necesita la compañía de los gobiernos colombiano y estadounidense, pero también de la AN para seguir consolidado su gestión. «Este acompañamiento no puede traducirse apenas en un sometimiento a control que socave la autonomía de la empresa y produzca pánico financiero entre sus proveedores y acreedores», resaltan.
Por lo tanto, proponen que «se conforme una mesa de acompañamiento a la gestión de la empresa; incluso con algunos indicadores de desempeño a concertar».