El volcán de Fuego, uno de los tres activos en Guatemala, inició este jueves 23 de septiembre una fuerte fase eruptiva con explosiones, expulsión de ceniza y avalanchas de material incandescente, aunque sin provocar evacuaciones por el momento, anunciaron las autoridades.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), el flujo del volcán de 3.763 metros sobre el nivel del mar y situado entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, ya se desplazó unos 6 kilómetros y alcanzó la base del volcán.
El ente científico advirtió que el descenso del material incandescente seguirá mientras continúe la efusión de lava en esta erupción.
Según las autoridades, la nube generada por el flujo piroclástico puede producir caída de ceniza en las comunidades ubicadas en los flancos sur y suroeste del volcán y afectar el tráfico aéreo en sus alrededores.
El Insivumeh recomendó a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) incrementar el nivel de alerta y adopte las medidas que sean necesarias, sobre todo en las comunidades cercanas a las barrancas Ceniza, Taniluyá y Trinidad.
El portavoz de la institución de protección civil, David de León, explicó que la Unida de Prevención de Volcanes de los tres departamentos donde se ubica el volcán vigilan la evolución de la actividad y que aún no ha sido necesario realizar evacuaciones.
Los cuerpos de socorro como los bomberos se encuentran también en alerta en la región de ser necesario evacuar las comunidades situadas en las faldas el volcán si cambia el patrón eruptivo.
Esta nueva fase eruptiva es la más fuerte registrada desde el 3 de junio de 2018, cuando una potente erupción provocó una avalancha que arrasó la comunidad de San Miguel Los Lotes y parte de una carretera en el poblado vecino de Alotenango, dejando 215 muertos y cientos de desaparecidos.