Messi se estrena castigando a Guardiola y el PSG fulmina al City, primer gol del argentino con la camiseta parisina en un encuentro en el que los ‘cityzens’ mandaron y en el que los tantos de Gueye y del argentino decidieron.
Ya lo había avisado Guardiola. Messi habla dentro del campo y lo hizo la noche que todos los focos le alumbraban. Brilló en el escaparate más lujoso del planeta fútbol. Cuando los dos proyectos más caros y ambiciosos del mundo chocaron, desbordando los millones y los petrodólares los vértices del césped, Leo se hizo grande. Alzó la voz en su cuarto partido con el PSG.
Descubrió lo que es celebrar un gol sin estar vestido de azulgrana, lejos de un Camp Nou que ya no coreará sus hazañas. Saboreó la primera vez: la jugada partiendo desde la derecha, la carrera perfilándose, la pared con Mbappé, el chut, el grito… Un subidón.
El Parque de los Príncipes había esperado tanto que explotó con su diana. Un tanto que llegó en la Champions, frente al Manchester City, ante Pep… Messi ya está aquí y también el PSG. El conjunto parisino, sometido por la posesión de unos cityzens indolentes en el área rival, golpeó en dos ocasiones llevándose el primer partidazo de esta Liga de Campeones (2-0). Los de Pochettino se defendieron y castigaron a su rival. Sufrieron y triunfaron.
El City continúa con sus problemas ofensivos. Una paradoja en un equipo con una de las mayores concentraciones de talento ofensivo del fútbol. Guardiola no lo achaca a la falta de un ‘9’, pero lo extrañó en París. Otra vez prescindió de él y lo pagó. Se inventó a Sterling de referencia y no le funcionó. Les sobró balón y les faltó efectividad. Un guion que se ha repetido tantas y tantas veces en la Premier y en Europa. Todo lo contrario que el PSG.
Pochettino, recuperado Messi del golpe en su rodilla, alineó a su tridente. Y los tres se emplearon a fondo. Leo partió de la derecha, pero bajó al medio a crear. Y ahí disfruta y es decisivo. Las bandas fueron para Neymar y Mbappé. Desdibujaron la pizarra de Poche y así encontraron el 1-0. Los tres participaron en una jugada que culminó ¡Gueye! Un misil del senegalés a la escuadra desniveló el marcador antes de los 10 minutos.
Los pulmones de Gueye -De Bruyne le pegó un pisotón que bordeó la roja- y el tempo de Verratti sujetaron a un PSG que sufrió las internadas de Mahrez por la derecha. Cada jugada por la banda de Mendes era peligrosa. El City comenzó a sumar ocasión tras ocasión. La más clara fue un doble remate al larguero: primero Sterling y luego, a puerta vacía, Bernardo Silva. Dos fallos increíbles. Donnarumma, titular en lugar de Keylor Navas, hizo horas extrañas. Le sobró trabajo.
Sin gol ‘celeste’
El City se topó con un muro. El meta italiano fue impenetrable y hasta el tridente se vació defendiendo. Neymar, Mbappé… taparon todos los huecos. Sudaron. Hasta Messi se tumbó detrás de la barrera para bloquear un posible disparo. Lo nunca visto en el Barcelona.
Grealish acumuló imprecisiones y los skyblues encadenaron remates sin dar en la diana. Dispararon ¡18 veces! sin obligar a Donnarumma a hacer ningún milagro. El ex del Milan estuvo cómodo ante los tiros de Sterling, De Bruyne…
El PSG aguantó hasta que llegó el momento Messi. Buscaron una contra y la encontraron. Leo cogió el balón en la derecha y con el cuero cosido a la zurda se perfiló hacia el área. Su clásico eslalon del Barça. Mbappé, de pívot, se la devolvió de espuela y Messi la clavó en la red. Éxtasis en París. La conexión entre Kylian y Leo comienza a funcionar. El argentino la celebró con euforia junto a Neymar. Guardiola no se lo creía. Le ha marcado siete goles en cinco partidos. Un suplicio.