La reina Isabel II de Inglaterra fue ingresada este miércoles 20 de octubre, en horas de la tarde, en un hospital para ser sometida a unas «pruebas preliminares», según informó anoche el Palacio de Buckingham.
La monarca, de 95 años, fue dada de alta ayer «a la hora del almuerzo» y regresó al castillo de Windsor, donde se encuentra de «buen humor». El jueves por la tarde, según Reuters, volvió al trabajo de forma liviana.
La institución realizó el anuncio poco después de que el diario británico The Sun filtrara la noticia. Según el tabloide, se quedó en la clínica londinense porque se hizo tarde para volver hasta su residencia de Windsor.
Esta misma semana, los médicos aconsejaron a la reina que anulara el viaje que tenía previsto realizar a Irlanda del Norte y descansara unos días. Isabel II tenía previsto participar el miércoles en un acto religioso del centenario de la creación del todavía conflictivo territorio británico.
Según la agencia de prensa británica PA, la soberana estuvo ingresada en el hospital privado Eduardo VII en el centro de Londres, donde su esposo Felipe había sido atendido en numerosas ocasiones antes de su deceso.
Su estancia se limitó a consultas con especialistas, pero se decidió que pasara la noche en el centro por razones «prácticas», indicó esta agencia, señalando que la reina volvió después a su oficina para «tareas ligeras».
No se tiene constancia de que la reina haya tenido algún problema de salud grave en los últimos años. De hecho, pese a su edad, hace unos meses se la vio cabalgando un poni.
También hace una semana las cámaras de televisión filmaron a la reina caminando con la ayuda de un bastón -era la primera vez que aparecía así en público, según señalaron los corresponsales palaciegos-, aunque el martes atendió en aparente excelente forma a un grupo de inversores en su fortaleza de Windsor.
Su última hospitalización se remonta a 2013, cuando pasó 24 horas ingresada por una gastroenteritis, y la anterior se dio diez años antes. En enero de 2020 faltó a un acto por un ligero resfriado.
69 años en el trono
A pesar de su edad, de la muerte de su marido Felipe en abril y de la pandemia de covid-19, Isabel II, que el próximo año cumplirá 70 años como monarca, ha seguido asistiendo incansablemente en los últimos meses a actos públicos.
Si bien ya no se desplaza al extranjero, donde la representa su hijo y heredero, el príncipe Carlos, participó en la cumbre del G7 en junio, otorga condecoraciones y recibe a los nuevos embajadores en el Reino Unido, a veces por videoconferencia.
Desde principios de mes había participado en eventos públicos casi a diario, en lugares como la abadía de Westminster, la ciudad galesa de Cardiff o las carreras de caballos en Ascot. En Westminster, la semana pasada, se la vio andando con un bastón, algo que no ocurría desde 2004.
La reina debe acudir a la conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas de la COP26 a principios de noviembre en Glasgow, en Escocia.