Con el 75 % de la votación, según el Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, el presidente Daniel Ortega fue reelegido para un cuarto mandato consecutivo luego de las cuestionadas elecciones del domingo 7 de noviembre.
Los comicios tuvieron lugar tras una ola de detenciones y el asedio judicial contra la mayoría de aspirantes presidenciales de la oposición. Además, la jornada electoral habría registrado una abstención que ronda el 80% según organismos independientes.
La ventaja con la que partió Daniel Ortega en las presidenciales de Nicaragua se hizo patente este 8 de noviembre luego de que la autoridad electoral informara los resultados de la votación.
Con el 49,25 % de las 13.459 Juntas Receptoras de Votos (JRV) escrutadas, el mandatario obtuvo más del 74.99 % de los sufragios a su favor, según informó el Consejo Supremo Electoral en su primer informe divulgado este lunes.
Con siete aspirantes a candidatos tras las rejas o exiliados, Daniel Ortega fue reelegido para un quinto mandato, el cuarto consecutivo desde 2007.
El líder político ha gobernado junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de 70 años, portavoz oficial del Gobierno, desde principios de 2017.
Sin un desafío real, Ortega encabeza los resultados parciales seguido de lejos por el diputado Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista, con el 14,4 % de los votos.
En tercer lugar, se ubica Guillermo Osorno, del Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), con el 3,44 % de las papeletas.
Marcelo Montiel, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), obtiene el 3,27%; Gerson Gutiérrez Gasparín, de la Alianza por la República (APRE), alcanza el 2,20 %, y Mauricio Orué, del Partido Liberal Independiente (PLI), tiene el 1,70 %.
Ortega, de 75 años, un revolucionario que ayudó a deponer la dictadura de la familia Somoza a fines de la década de 1970, lleva 15 años consecutivos en el Ejecutivo, desde que volvió a la Presidencia en 2007. Su primer Gobierno lo ejerció entre 1985 y 1990.
Una abstención que ronda el 80%, según organismos independientes
La prensa local destaca este lunes el fuerte inconformismo y desconfianza de los nicaragüenses hacia el proceso electoral; una situación a la que atribuyen, y se hace tangible, tras la alta abstención de votantes.
Entre el 79 % y 84 % de las personas aptas para votar no participaron en los comicios, informó el observatorio multidisciplinario independiente Urnas Abiertas.
Sin embargo, según el Consejo Supremo Electoral (CSE), participó el 65,34 % de los nicaragüenses aptos para sufragar.
Ese órgano está conformado por una mayoría de magistrados afín al partido gobernante, el Frente Sandinista (FSLN), luego de que su nombramiento fuera aprobado por el Congreso el pasado mayo.
Más de 4,4 millones de nicaragüenses estaban autorizados para elegir a su presidente y vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Todas estas condiciones hicieron que los comicios fueran calificados por el Gobierno de Estados Unidos como una “farsa” y una “pantomima”, al igual que la vecina Costa Rica; donde hay un gran número de voces disidentes en el exilio por falta de garantías en suelo nicaragüense.