Un total de 12 menores de edad y 34 adultos fallecieron calcinados la madrugada de este martes en Bulgaria, cuando el autobús en el que viajaban se incendió en una autopista cercana a la ciudad de Bosnek, a unos 40 kilómetros al sur de Sofía.
La mayoría de las víctimas eran originarias de Macedonia del Norte, donde estaba matriculado el vehículo, informó el primer ministro de este país, Zoran Zaev, que viajó inmediatamente a Sofía, para reunirse en el hospital con los siete supervivientes del siniestro, el más grave de la última década en Europa.
“Doce de las víctimas tenían menos de 18 años, cinco de ellos eran niños. El resto tenía entre 20 y 30 años”, detalló Zaev.
El autobús realizaba el trayecto de vuelta a Skopie, la capital de Macedonia del Norte, tras haber realizado un viaje a Turquía.
Según contaron los pasajeros, el suceso ocurrió sobre las 02H00 (00H00 GMT). La mayoría de ellos dormía cuando “hubo una explosión”.
Los siete supervivientes viajaban en la parte trasera del vehículo y “lograron romper una de las ventanas” y huir del fuego.
“El conductor murió en el acto, con lo que no había nadie que pudiera abrir las puertas y permitir a los pasajeros escapar de las llamas”, explicó el jefe de la policía nacional, Stanimir Stanev, en otra cadena de televisión.
El vehículo chocó contra el guardarraíl de seguridad por una razón desconocida por ahora. La autopista había sido recientemente renovada gracias a fondos de la Unión Europea, de la que Bulgaria forma parte desde 2007.
“Los supervivientes están traumatizados, han perdido a familiares, a sus hijos. Saltaron por las ventanas”, dijo Maya Arguirova, responsable del centro de tratamiento para personas con graves quemaduras, al que fueron trasladados.
El gobierno normacedonio fue informado de inmediato de lo sucedido, tras lo cual varios miembros del gobierno, incluido el primer ministro, Zoran Zaev, y el ministro de Exteriores, Buyar Osmani, se trasladaron a Sofía y al lugar del accidente.
Osmani visitó en Sofía a los supervivientes del accidente en el hospital de emergencias Pirogov, donde confirmó ante la prensa local que los pasajeros del autobús eran normacedonios de etnia albanesa.
El primer ministro interino de Bulgaria, Stefan Yanev, calificó de «enorme tragedia» lo sucedido.
«Esperemos que podamos aprender las lecciones de este trágico incidente y que podamos prevenir estos incidentes en el futuro», dijo ante la prensa en el lugar del accidente.
Según la prensa búlgara, cuatro autobuses de una empresa turística normacedonia viajaban juntos e ingresaron al país por el puesto de control Kapitan Andreevo, en la frontera entre Bulgaria y Turquía.
Poco antes del trágico accidente, los autobuses se detuvieron para descansar en una gasolinera.
La autopista fue cerrada por las autoridades en la zona del siniestro.