A pesar de la aparición de los primeros casos de la variante ómicron en Venezuela, la administración de Nicolás Maduro mantiene la flexibilización «amplia» de las medidas de prevención contra la Covid-19 para las celebraciones de fin de año, tanto familiares como públicas y multitudinarias, al considerar que los contagios están controlados.
Por tanto, se podrán hacer reuniones familiares para celebrar el fin de año sin un número máximo de personas fijado por las autoridades, organizar conciertos sin límite de aforo, fiestas en hoteles y espacios públicos, con la participación de artistas nacionales y extranjeros.
La alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, anunció un concierto en la plaza Bolívar -centro de la ciudad- para que los caraqueños reciban el año nuevo al ritmo del merengue con cantantes como Bonny Cepeda -actual viceministro de Cultura de República Dominicana- y las Chicas del Can.
Pero además de las celebraciones culturales y musicales, no pueden faltar los rituales tradicionales llegados de diversos países del mundo a Venezuela, donde confluyen numerosas nacionalidades -especialmente europeas- que, con el paso de los años, fueron imponiendo sus propias costumbres.
Las 12 uvas de la medianoche española, las lentejas de la fortuna italianas, pasear las maletas con la esperanza de que el gesto traiga un año lleno de viajes o usar ropa interior de color rojo son algunas de las ancestrales ceremonias recogidas en un país tan multicultural como Venezuela.
Con información de EFE