El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibió este jueves al presidente peruano Pedro Castillo, en la ciudad de Porto Velho, en la Amazonía brasileña, donde olvidaron sus diferencias ideológicas y los problemas políticos que ambos enfrentan, para afinar la cooperación bilateral, según agencia EFE.
La reunión entre el principal referente de la derecha en la región y el presidente que llegó con un partido de izquiera (Perú Libre) a la presidencia del Perú se celebró y acabó sin la tradicional comparecencia de los mandatarios ante los periodistas.
Jair Bolsonaro saludó con afecto a Pedro Castillo y hasta lo abrazó mientras subían unas escaleras hacia el lugar de la reunión, donde se colocó el inseparable sombrero del presidente peruano para una fotografía.
Ambas cancillerías, difundieron un comunicado conjunto que resumió en 36 puntos las principales conclusiones. La nota señala que se acordó estrechar las relaciones en todos los ámbitos y reforzar la «alianza estratégica» entre ambos países, con un renovado impulso al intercambio comercial, que el año pasado se situó en torno a los 4.300 millones de dólares.
También cita la intención de promocionar las inversiones mutuas, «trabajar en formas concretas de integración productiva» con foco en las pequeñas y medianas empresas, así como mejorar la cooperación empresarial y las conexiones terrestres en las zonas limítrofes, también se han comprometido a estrechar la cooperación en materia de seguridad, defensa y salud, y en especial en el combate a la Covid-19.
El comunicado conjunto también celebra el hecho de que tanto Brasil como Perú hayan sido invitados a iniciar el proceso para su adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las claras diferencias políticas entre ambos gobernantes fueron dejadas de lado en esta cita y Bolsonaro, en declaraciones a periodistas antes de recibir a Castillo, las dio por «superadas». Bolsonaro sostuvo que «en política, cada uno cuida lo suyo» y que Brasil «busca las mejores relaciones posibles con todo el mundo» y la negociación de «acuerdos comerciales productivos». Sin embargo, agregó, «tenemos experiencias en Suramérica que no salieron muy bien» y «Venezuela es un buen ejemplo de eso».