El primer ministro británico, Boris Johnson, volvió a demostrar este martes su voluntad de jugar un papel clave en la presión internacional contra Moscú al anunciar un veto al petróleo ruso a partir de final de año y comprometerse a ayudar a los países europeos más afectados por la llegada de refugiados ucranianos.
El jefe de Gobierno ejerció además de anfitrión en la Cámara de los Comunes del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que ofreció por videoconferencia el primer discurso de un líder extranjero en la cámara principal del Parlamento británico.
«Yo soy ucraniano», declaró ante los diputados Johnson, que alabó a Zelenski por su «firmeza en la defensa de la democracia y la libertad» mientras su país afronta una invasión ordenada por el Kremlin.
FIN DE LAS IMPORTACIONES RUSAS
El Gobierno británico reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso hasta detenerlas por completo de aquí a final de año, un periodo de nueve meses que dedicará a fortalecer vías alternativas de abastecimiento, principalmente a través de Estados Unidos, Países Bajos y Oriente Medio.
El Reino Unido, donde el crudo ruso representa en torno a un 8 % de la demanda, cuenta asimismo con una «significativa» capacidad de producción propia gracias a las extracciones en el mar del Norte y amplias reservas estratégicas, indicó el Ejecutivo.
Esa decisión supondrá «un nuevo golpe económico al régimen de (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin tras su invasión ilegal de Ucrania», dijo Johnson, que considera que el periodo de transición anunciado hoy permitirá a las empresas «adaptarse» a la nueva situación y «proteger a los consumidores».
El ministro de Empresas y Energía, Kwasi Kwarteng, avanzó que se está explorando asimismo la posibilidad de vetar la compra de gas natural ruso, que representa solo el 4 % del mercado británico.
COLABORACIÓN ANTE EL ÉXODO DE REFUGIADOS
Johnson recibió hoy en Londres a los líderes del llamado Grupo de Visegrado -República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia-, a quienes les aseguró que les «ayudará como pueda» en la gestión de la salida de millones de refugiados que huyen de la guerra en Ucrania.
De entre los más de dos millones de personas que han salido del país en las últimas semanas, en torno a un millón son niños, según estimó hoy la organización en favor de los derechos de la infancia Save the Children.
A pesar del compromiso expresado por Johnson con los refugiados, la respuesta del Reino Unido ha recibido críticas, entre otros, de Francia, que acusa al Gobierno británico de denegar la entrada a través del puerto de Calais a ucranianos sin visado, a quienes pide que regresen a París o Bruselas para formalizar su situación en un consulado.
Hasta el momento, Londres ha concedido 300 visados a refugiados ucranianos, dentro de un programa al que solo se pueden acoger aquellos que ya cuentan con familiares cercanos en el Reino Unido, según las cifras oficiales del Ministerio del Interior, que ha registrado 17.700 peticiones para tramitar un permiso.
«NO NOS RENDIREMOS»
Los diputados de la Cámara de los Comunes ofrecieron esta tarde una larga ovación al presidente ucraniano, que parafraseó ante el Parlamento uno de los discursos más célebres del antiguo jefe de Gobierno británico Winston Churchill durante la II Guerra Mundial (1939-1945).
«Lucharemos en los bosques, en los campos, en las orillas y en las calles», declaró Zelenski, que pidió una vez más que los países occidentales «se aseguren de que los cielos de Ucrania son seguros», a pesar de que Johnson y otros líderes han descartado la creación de una zona de exclusión aérea en el país.
«No nos rendiremos y no perderemos. Lucharemos hasta el final por mar y por aire, seguiremos luchando por nuestra tierra, sea cual sea el coste», dijo Zelenski, un discurso con tintes heroicos que, en palabras de Johnson, «conmovió los corazones» de los parlamentarios.
Con información de EFE