Con un amplio currículum de etapas en varios clubes del fútbol italiano, el delantero
Antonio Cassano vivió el apogeo de su carrera en la Roma, componiendo uno de los principales generaciones de la historia del equipo entonces dirigido por Francesco Totti.
Con mucha técnica, destreza y movilidad, Cassano actuó como segundo delantero, si
moviéndose y abriendo espacios para el delantero y también para los centrocampistas que llegaron desde atrás.
A pesar de la destacada trayectoria, que finalizó en 2017, problemas físicos y también
relación con entrenadores y compañeros de profesión le impidió llegar incluso
más lejos, como era de esperar al inicio de su carrera o incluso a su llegada a la Real
Madrid, en 2006. Aun así, siempre será recordado por sus actuaciones en el calcio y
también para la selección de su país.
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De Bari a Roma
Nacido en la ciudad de Bari, el 12 de julio de 1982, Antonio Cassano tuvo una infancia pobre y desde temprana edad jugó al fútbol de manera competitiva. Comenzó a entrenar en el Bari a los cinco años, equipo en el que llegó a ser profesional.
Su primer partido fue en 1999, año en el que el Bari accedió a la Serie A.
primera división, en su segundo partido marcó un gran gol regateando a toda la defensa del Internazionale y empezó a llamar la atención de aficionados, periodistas y ojeadores de otros equipos.
Durante este período, Cassano presentó sus principales características: velocidad y
capacidad de usar su creatividad, e incluso su desafío táctico, para abrir espacios para ellos y sus compañeros.
Tras buenas actuaciones en la temporada 2000/2001, en la que disputó 27 partidos y marcó 3 goles, pasó a la Roma, que pagó 30 millones de euros por el jugador que entonces tenía 19 años. Dirigido por Fábio Capello, Cassano alcanzó el punto álgido de su carrera en su paso por la Roma, que duró cuatro temporadas y media.
Con la marcha de Capello, con quien tenía problemas de relación que se iban agudizando, Cassano no pudo mantener el mismo nivel que el resto de entrenadores.
Mientras tanto, su relación con la directiva del club y con el resto de jugadores iba empeorando.
mucho: cuando fue vendido al Real Madrid, en 2006, Cassano solo hablaba con Francesco Totti entre todos los jugadores de la Roma, e incluso entrenaba por separado, lejos del grupo.
Al final de su etapa en la Roma, fueron 161 partidos y 52 goles marcados.
En el Real Madrid, entonces presidido por Florentino Pérez, tampoco destacó, siendo
cedido a la Sampdoria tras una temporada en España, en la que jugó 29 veces y marcó 4 goles. En su regreso a Italia recuperó parte de su buen fútbol y prestigio, permitiendo que el conjunto madrileño se quedara más años en la Samp.
Permaneció en el equipo hasta fines de 2010 y conquistó la idolatría de la afición local con buenos resultados.
actuaciones, goles y mucha entrega en el campo. Fueron 115 partidos y 41 goles en aquella primera
de paso por la Sampdoria. Sin embargo, volvió a dejar al equipo en medio de la confusión.
haber rescindido el contrato tras ofender al presidente del club y negarse a disculparse.
De un golpe a la Euro
El Milán aprovechó el conflicto, que fichó al jugador en enero de 2011.
El delantero venía jugando a un buen nivel hasta que, en octubre de 2011, sufrió un ictus isquémico, que requirió un delicado proceso quirúrgico que amenazaba la continuación de su carrera.
Con una recuperación inicialmente prevista de hasta nueve meses, Cassano sorprendió al remontar antes de tiempo y clasificarse para la disputa de la Eurocopa 2012, en la que Italia quedó subcampeona, perdiendo la final ante España.
Después de Milán, donde anotó 8 goles, Cassano jugó en Internazionale y Parma antes de regresar a Sampdoria. En 2017 fichó por el Hellas Verona, pero luego
anunció su retiro de los céspedes.
Con la selección italiana, Cassano jugó 39 partidos entre 2003 y 2014, anotando 10 goles.
Jugó tres Euros con los Azzurri, además de un Mundial.