Una investigación publicada en “Diabetología”, la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), ha sugerido una posible asociación entre los casos de COVID-19 y el posterior diagnóstico de diabetes tipo 2.
Para ello, se llevó a cabo un registro sanitario de 1.171 consultas de medicina general e interna en toda Alemania.
El estudio fue realizado por los profesores Wolfgan Rathmann y el profesor Oliver Kuss, del Centro Alemán de Diabetes de la Universidad Heinrich Heine de Dusseldorf y el profesor Karel Kostev, de la compañía IQVIa, quienes descubrieron que los adultos que se recuperan de la COVID-19 (en su mayoría leve), parecen tener un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2 que un grupo de control emparejado que padecía otros tipos de infecciones respiratorias, que también suelen estar causadas por el virus.
Si se confirmaran estos resultados, se recomendaría, por tanto, el cribado de la diabetes en personas que se hayan recuperado de formas leves de COVID-19. Esta posible relación entre el coronavirus y la diabetes también se está investigando en varios estudios en cursos, como, por ejemplo, el registro CoviDiab y otros estudios relacionados con la llamada COVID larga.
El estilo de vida sedentario provocado por los confinamientos también podría estar desempeñando un papel. Esto podría explicar por qué se ha informado de hiperglucemia de nueva aparición y resistencia a la insulina en pacientes de COVID-19 sin antecedentes de diabetes. Sin embargo, no está claro si estos cambios metabólicos son temporales o si los individuos con COVID-19 pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes crónica.
La incidencia de la diabetes después de la COVID-19 se comparó con una cohorte de individuos (edad media de 43 años; 46% de mujeres) que fueron diagnosticados con una infección aguda del tracto respiratorio superior (AURI) dentro del mismo marco de tiempo, emparejados por sexo, edad, cobertura de seguro de salud, mes índice de diagnósticos de COVID-19 o AURI y comorbolidades.
Los investigadores descubrieron que los nuevos casos de diabetes de tipo 2 eran más frecuentes en los pacientes que daban positivo en la prueba de coronavirus que en los que tenían una AURI (15,8 frente a 12,3 por cada 1.000 personas al año), lo que arroja una tasa de incidencia (IRR) de 1,28. Esto significa que el riesgo relativo de desarrollar diabetes de tipo 2 en el grupo COVID fue un 28% mayor que en el grupo AURI.
Aunque no es probable que la diabetes de tipo 2 sea un problema para la gran mayoría de personas que padecen COVID-19 leve, los autores recomiendan que cualquier persona que se haya recuperado del coronavirus, sea consciente de los signos y síntomas de alerta como pueden ser la micción frecuente, fatiga, aumento de sed y que, si aparecieran, busque tratamiento de inmediato.
Con información de Salud Diario