El Liverpool ha derrotado 2-0 al Villarreal en Anfield en partido de ida de la UEFA Champions League.
Al Villarreal se le hizo muy largo el tránsito por Anfield. Resistió durante 50 minutos de defensa agónica y terminó sucumbiendo ante un Liverpool que gobernó el partido con un ritmo trepidante. El plan funcionaba hasta el infortunio del autogol de Estupiñán al principio de la segunda parte. Aturdido aún por el golpe, llegó el segundo tanto de Mané que obliga a hacer un partido perfecto en La Cerámica.
Porque una semifinal de Champions es, probablemente, el enfrentamiento más exigente del fútbol de clubes. La final es apasionante, mágica y agónica a la vez, por tratarse del momento definitivo. Pero el componente del doble partido, con seis días de diferencia y mientras se disputa la Liga, exige un esfuerzo físico y psicológico descomunal a los semifinalistas. Especialmente en el primer embate. Porque hay que medir cada decisión con balanza de orfebre. Un paso más supone un riesgo excesivo; un paso menos, regalar opciones al rival.
Pero el submarino solo mostró opciones de sorprender al contragolpe -como hizo en Turín y en Munich- en un par de ocasiones en la primera parte. Después se fue diluyendo en un partido manejado en todos los registros por Thiago Alcántara.
Si la cuestión era incomodar al rival en su casa, el Villarreal empezó cambiándole el campo de inicio al Liverpool, para alejar la atronadora caja de resonancia de The Koop de los ataques locales en la segunda parte. Más tarde se vio que no tuvo el efecto deseado. Pero a cambio, había que aguantar la presión ambiental y la futbolística desde el pitido inicial. Rulli no veía claro lo de sacar el balón de meta en corto -una de las señas de identidad de Emery- y se jugó con unos cuantos pelotazos antes de empezar a apoyarse tímidamente en Pau y Albiol para intentar superar las líneas rojas.
Emery estudia a los rivales hasta la obsesión casi para conocerlos mejor que a su propio equipo. Los jugadores del Villarreal han pasado de cumplir lo que les pide a tener una fe ciega en sus consignas. Cuando todo el mundo aventuraba entre Trigueros o Pedraza para tapar el flanco izquierdo del submarino, el técnico vasco tenía otro plan. El héroe del Allianz, Samu Chukwueze, aparecía en el once titular dibujado a la derecha, aunque estuvo intercambiando su posición en la segunda punta con Lo Celso. Pero no estaba la tarde para aspavientos en ataque. Sin Gerard Moreno ni Yeremy Pino, lesionados, el Villarreal reduce su capacidad de intimidación y había motivos de sobra para acumular efectivos entre la portería y el resto del mundo.
El Liverpool empezó colgando balones con Alexander-Arnold, luego intentó combinar con centros a la espalda para Salah y Mané y acabó disparando desde fuera del área ante el poderío de Pau, Albiol y Capoue, tercer central en funciones. Primero lo intentó Robertson y Rulli atrapó en dos tiempos. Después Luis Díaz obligó al meta argentino a un despeje de puños a media altura. Más tarde, Lo Celso bloqueó una ocasión de Salah dentro del área. Y finalmente Thiago Alcántara estrelló el balón en la escuadra de la portería con un soberbio disparo desde fuera del área.
Los desmarques de Danjuma que buscaba algún pase en profundidad para correr no causaban ningún efecto ante Konaté y Van Dijk, que se anticipaban con claridad. Hasta ocho jugadores del Villarreal habían experimentado ya Anfield como visitantes y coincidían en que es un campo en el que sufren los rivales. Y así fue, sobre todo al comienzo de la segunda parte. Tras un gol anulado al Liverpool por fuera de juego, llegaron dos en dos minutos. En el 53′ un balón recuperado en campo del Villarreal permitió a Salah combinar con Henderson que iba a poner el enésimo balón al área. Pero Estupiñán, en su intento por tapar el pase, desvió la trayectoria hacia su portería. Rulli había dado el paso obligatorio para imponerse en el área pequeña y no tuvo tiempo de reaccionar.
Entonces sí se oyó rugir a Anfield. Y los jugadores del Villarreal lo notaron. Dos minutos después, el equipo de Klopp ejecutó una combinación centenares de veces repetida. Desmarque de Mané, asistencia de Salah y gol con la puntera del delantero senegalés.
Emery metió a Boulaye Dia, Trigueros y Pedraza, por Coquelin lesionado, para busca el gol que aumentara sus opciones para el partido de vuelta. Klopp también retiró a Mané para que Diogo Jota intentara rematar la eliminatoria. El partido acabó con 2-0, un resultado muy difícil, pero no imposible para este Villarreal que ya se ha ganado el respeto de Europa.