Este plan se llevará a cabo para mantener a salvo a los ciudadanos, por ende estara prohibido el uso de armas en espacios donde se reúnen niños, parques, museos, universidades, etc.
Son zonas libres de armas residencias y negocios privados como bares o restaurantes, en donde únicamente se permitirá el porte cuando el dueño de la propiedad a través de un letrero visible exprese su beneplácito a las armas de fuego.
A partir de ahora toda aquella persona que quiera tener un arma tendrá que obtener un permiso, el cual establece que debe realizar dos horas de entrenamiento en un campo de tiro y 16 horas de capacitación para aprender sobre su correcto uso, deberán también demostrar sus competencias de tiro y estar ajustados a los estándares que imponga la policía estatal.
Además, se aplicará un mayor escrutinio para los solicitantes quienes deberán pasar por una entrevista presencial con un funcionario, dejar datos familiares para poder contactar a quienes convivan con el solicitante y presentar una lista con sus cuentas en redes sociales actuales y las de los últimos tres años.
Según la ley, se verificará que los ciudadanos tengan «el carácter esencial, el temperamento y el juicio necesarios para que se les confíe un arma y usarla solo de una manera que no ponga en peligro a sí mismos ni a los demás».
Las autoridades crearán una base de datos estatal, en donde entre otras cosas, serán rastreados aquellos quienes compren ciertos tipos de municiones y se cumplirán criterios de descalificación para los permisos, por ejemplo, tener historial de comportamiento peligroso, entre otros.
Los funcionarios responsables de hacer cumplir la ley y los guardias de seguridad no estarán dentro de las restricciones.