Estados Unidos afronta una de sus mayores «crisis migratorias» de la última década, situación que podría empeorar con la llegada del invierno y con varias caravanas proveniente del sur de América que intentan llegar al país más desarrollado de la región. Ante esto, el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, informó este lunes 19 de septiembre que una personas se quitó la vida en uno de los albergues por no aguantar la presión de la situación.
«Los miles de solicitantes de asilo que hemos visto llegar a la ciudad vinieron a este país buscando una vida mejor», indicó en un comunicado, «nuestro corazón está roto por esta joven mujer y todos sus seres queridos, y, como ciudad, estamos de luto por ella». «Esta tragedia nos recuerda que tenemos la obligación de hacer todo lo posible por ayudar a quienes lo necesitan», agregó, «estamos aquí para ustedes», reseñó el medio de comunicación Telemundo.
Nueve autobuses con casi medio millar de migrantes llegaron este domingo 18 de septiembre a la ciudad de Nueva York, enviados desde la frontera por el gobernador de Texas, el republicano Gregg Abbott, quien desde abril ha trasladado a miles solicitantes de asilo a la ciudad mencionada, también a Washington DC y a Chicago como medida de protesta por la política migratoria del presidente norteamericano, Joe Biden.
Temiendo el colapso del sistema de albergues de la ciudad, el Alcalde de Nueva York, anunció que evalúa acciones legales contra Texas, y agregó que estudia alojar a los inmigrantes en cruceros.
Adams calificó la situación de “crisis humanitaria”en una serie de entrevistas de televisión el domingo, responsabilizando a los gobernantes de Texas y Arizona por el envío de los inmigrantes.
Nueva York contabiliza más de 11.000 migrantes provenientes de la fronteras, los cuales están llegando a los refugios para personas sin hogar que tiene una de las ciudades más pobladas del mundo.
El Alcalde detalló que desde mayo están arribando los autobuses enviados directamente desde los estados sureños, solo en septiembre, los albergues de Nueva York recibieron a 1,500 migrantes.