El embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, aseguró que, con la reciente reapertura de la frontera, se iban a reiniciar los vuelos Bogotá-Caracas.
Primero se habló de Conviasa (Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos), pero no pudo despegar por estar incluida en la Lista Clinton. El gobierno de Estados Unidos dijo en su momento que «era el soporte del régimen de Maduro para trasladar funcionarios corruptos».
Que se aceptara el impedimento causó sorpresa porque, 48 horas antes, el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, se había reunido con su homólogo venezolano, Vladimir Padrino López, encausado por una corte federal de Nueva York y por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares, como parte del cartel de patrocinadores del terrorismo.
En todo caso, la opción que surgió para reactivar las rutas aéreas fue la de habilitar a Turpial Airlines C.A., fundada el 29 de octubre 2014, en Caracas, con operaciones registradas desde 2016 y con sede principal en la ciudad de Valencia, estado Carabobo.
“Nosotros ya dimos el permiso a Turpial Airlines, pero aquí en Venezuela ellos quieren que los técnicos vengan y revisen. Ya se ha hablado bastante de eso y entre las cosas que quiere fortalecer el presidente Petro está que Satena sea la aerolínea principal”, aseguró Benedetti a La W Radio.
Y así lo confirmó la propia Aerocivil, que aún espera que se nombre a su nuevo director de una terna enviada por el Ministerio de Transporte.
El tiempo investigó y estableció que entre los socios de la aerolínea aparecen Pedro del Valle Cestari Navarro y su entorno familiar.