El caos, la molestia y la indignación en el país eran tal que algunos medios estaban cuestionando si Truss duraría más que una lechuga, mientras que otros hacían polémicas comparaciones con Italia, afirmando que su país se parece cada vez más políticamente a su vecino del sur, malfamado por sus constante inestabilidad política.
Simon Hoare, un destacado diputado del partido conservador liderado por Truss, advirtió la mañana de este jueves que la primera ministra tenía «12 horas» para salvar su trabajo.
Crispin Blunt, otro parlamentario conservador, juzgó la posición de la primera ministra como «totalmente insostenible«, en un momento en el que un número creciente de parlamentarios afirmaban que a Liz Truss se le había acabado el tiempo.
Y tenían razón. Un par de horas después, Truss anunció su salida y pasó a la historia como la que menos tiempo ha durado al mando de la segunda economía de Europa.
Se trata de una crisis sin precedentes en la historia política británica que comenzó poco después de que Truss asumiera el cargo y se acentuó la semana pasada, cuando despidió a su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, tras cambiar de opinión sobre un polémico programa económico que causó tumulto en los mercados financieros e hizo que la libra esterlina se hundiera a un mínimo de 37 años frente al dólar.
Muchos de sus seguidores se sentían defraudados, pues se trataba de un programa que, según afirmó durante la campaña electoral, impulsaría la estancada economía del país.
«Usamos mucho términos como ‘sin precedentes’ en comentarios políticos. Pero las últimas semanas, y ciertamente las últimas 24 horas, no se parecen a nada a lo que haya visto», le dice a BBC Mundo Rod Dacombe, Director del Centro de Política y Gobierno Británico del King´s College de Londres.
«La transformación del Partido Conservador desde las Elecciones Generales de 2019, donde ganó una gran mayoría, a lo que solo puede describirse como un caos, ha sido extraordinaria (…) la reputación del Partido Conservador se ha visto gravemente dañada, tal vez de manera irreparable, agrega.
Para aumentar el drama y el caos en el seno del ahora difunto gobierno de Truss, su ministra del Interior renunció el miércoles por incumplir el código ministerial al enviar un documento oficial desde su correo personal.
En su carta de renuncia, Suella Braverman expresó su «preocupación» por el rumbo que estaba tomando el gobierno y criticó que se habían «incumplido promesas clave» hechas a los votantes.
Pie de foto,Liz Truss anunció su renuncia después de que varios parlamentarios conservadores le pidieran que se fuera.
El despido de Kwarteng, antiguo ministro de Economía, y la renuncia este miércoles de su ministra del Interior, Suella Braverman, la dejaron aún más aislada.
Tan aislada que Truss tuvo que recurrir a exrivales, como Grant Shapps y Jeremy Hunt, para llenar los puestos vacantes.
Ya para el mediodía de este jueves, más de una docena de conservadores le habían pedido que renunciara.
Luego de su renuncia, Truss permanecerá en el cargo hasta que se anuncie su reemplazo, tras un concurso de liderazgo que se espera que tenga lugar la próxima semana.
Análisis de Chris Mason
Editor político de la BBC
Es asombroso. Hace solo tres meses y medio, estábamos en el mismo lugar anunciando la renuncia del primer ministro anterior, Boris Johnson.
Aquí estamos, apenas 100 días después, y su sucesora, Liz Truss, recorre el mismo camino y pronuncia un conjunto de palabras de forma muy similar.
Y el caos se profundizará. En los próximos días surgirá otro primer ministro.
Los diputados conservadores esperan poder sacar un nombre de sus filas para evitar una competencia entre miembros del Partido Conservador, lo cual tomaría varios meses reemplazar al líder del país.
El próximo primer ministro, si logran encontrar a alguien que pueda unir al partido, se enfrentará a la gran pregunta sobre si es legítimo o no.
Pero debemos recordar, constitucionalmente, vivimos en una democracia parlamentaria y si un nuevo primer ministro puede obtener una mayoría en la Cámara de los Comunes, tiene el derecho constitucional de servir hasta que legalmente se lleven a cabo las próximas elecciones generales.
Con información de BBC