Dos atentados con explosivos en Jerusalén dejaron este miércoles un menor de edad muerto y 14 heridos, el primer ataque de este tipo en años, lo que ha puesto a Israel en estado de alerta mientras las autoridades sospechan de que se trató de un «ataque combinado».
Temprano por la mañana, una primera explosión sacudió una parada de autobús en una de las entradas de Jerusalén, a lo que siguió otra detonación, media hora más tarde, en otra parada de transporte público en un cruce de la colonia judía de Ramot, en Jerusalén Este ocupado.
Ambas explosiones fueron provocadas de forma similar: los artefactos explosivos -que también contenían clavos- fueron colocados en las estaciones de bus dentro de bolsas y posteriormente se habrían hecho detonar por control remoto.
Esto indica que podría tratarse de «un ataque combinado» que se planeó y se ejecutó con detalle, dijo la Policía.
La primera detonación fue la más grave: un joven de 16 años murió tras ser evacuado al hospital y 11 personas resultaron heridas, tres de ellos se encuentran en estado crítico y uno en condición moderada.
En la segunda explosión, que sucedió 30 minutos después de la primera, tres personas sufrieron heridas leves por esquirlas.
Los ataques con artefactos explosivos en espacio público y contra civiles no eran comunes en Jerusalén desde hace años.
El último fue en 2016, aunque atentados de esta índole se asocian más bien al período de la Segunda Intifada (2000-2005), cuando los ataques bomba cometidos por grupos palestinos se convirtieron en una realidad constante propia del conflicto palestino-israelí.
Ninguna facción palestina ha reivindicado hasta el momento el ataque de hoy, aunque el movimiento islamista Hamás y la Yihad Islámica sí lo celebraron y dieron por hecho que sus autores son palestinos.
«Felicitamos a nuestro pueblo palestino y a nuestro pueblo en la ciudad ocupada de Jerusalén por la heroica operación», dijo Hamás en un comunicado, donde consideró que el atentado «es resultado de los crímenes de la ocupación (de Israel) y los colonos».
Estado de alerta
Las fuerzas de seguridad israelíes se pusieron en alerta en todo el país y sobre todo en Jerusalén, donde cortaron varias vías de acceso a la ciudad. También desplegaron refuerzos y realizan «búsquedas exhaustivas» por tierra y aire, pues creen que los sospechosos podrían estar aún en la ciudad o sus alrededores.
En tanto, el primer ministro saliente, Yair Lapid, convocó una reunión de urgencia para tratar la situación.
Por otro lado, embajadores de países de la comunidad internacional en Israel y otros representantes internacionales condenaron el ataque, entre ellos Tor Wennesland, enviado especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Medio.
«Condeno los horribles ataques terroristas de hoy en Jerusalén que mataron a un chico israelí de 16 años e hirieron a muchos otros. Mi más sentido pésame a la familia de la víctima», dijo Wennesland por Twitter, donde remarcó que «el terrorismo y la violencia contra los civiles nunca pueden justificarse».
También reaccionó la Embajada de Canadá en Israel, que expresó sus condolencias a la familia del fallecido, un estudiante de Yeshivá (escuela religiosa judía) con doble nacionalidad israelí-canadiense.
El ataque de hoy se produce mientras Benjamín Netanyahu -ganador de los comicios del 1 de noviembre- sigue negociando para formar gobierno con sus socios de extrema derecha y ultraortodoxos, en unas conversaciones entorpecidas por disputas en torno al control de varios ministerios.
«El terror árabe asesino está llamando a nuestra puerta, debemos formar gobierno inmediatamente» para que «restablezca la seguridad de los ciudadanos de Israel», insistió el ultraderechista Bezalel Smotrich, líder del Partido Sionista Religioso.
Asimismo, el líder supremacista y anti-árabe Itamar Ben Gvir, figura con popularidad ascendiente en Israel y al que se espera que Netanyahu entregue la cartera de Seguridad Pública, se desplazó al lugar de los ataques y apeló a actuar con mayor contundencia.
«Es hora de tomar mano dura contra los terroristas, es hora de poner orden. Es hora de establecer un gobierno de derecha lo antes posibles, el terrorismo no espera», instó Ben Gvir por Twitter.
Todo ello se produce tras más de seis meses de fuerte tensión en el marco del conflicto palestino-israelí, con ataques por parte de palestinos y sangrientas redadas por parte del Ejército israelí.
En lo que va de año, 148 palestinos han muerto en incidentes violentos en Cisjordania e Israel, lo que convierte a 2022 en el año más mortífero desde 2006. Del lado israelí, han muerto 28 personas.
A su vez, el servicio de Seguridad Interior israelí (Shin Bet) aseguró hoy a la prensa que este 2022 ha impedido más de 300 ataques, 34 de ellos con explosivos y dos intentos de atentado suicida.