Este miércoles durante la oración de mediodía en un centro islámino en el norte de Afganistán se registro un ataque con explosivos que dejó al menos 15 fallecidos y 28 heridos, en su mayoría eran jóvenes estudiantes.
El ataque tuvo lugar hacia las 12.45 (8.15 GMT) en la madrasa o escuela islámica de Jahadia, un centro de formación en la ciudad de Aybak, de la provincia de Samangan, «durante las oraciones», indicó a EFE el director de Información provincial, Imdadullah Muhajir.
«El enemigo de la nación puso explosivos dentro de la madrasa, causando la muerte de 15 estudiantes e hirió a otros 28», detalló.
Hasta el momento ningún grupo armado ha reivindicado este ataque. Sin embargo, todo apunta al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha reclamado la autoría de atentados similares durante el último año en Afganistán, sobre todo en centros de culto.
Desde la llegada de los talibanes al poder, en agosto del año pasado, el Estado Islámico de Khorasan, la rama afgana del grupo terrorista, se ha erigido como la principal amenaza a la estabilidad del país, si bien el Gobierno de los fundamentalistas insiste en negar que la organización armada represente un desafío de seguridad.
El EI se ha atribuido la autoría de numerosos atentados, sobre todo contra miembros de la minoría chií hazara, además de ataques con bomba y suicidas en mezquitas, escuelas, zonas diplomáticas o de alta seguridad.
Los talibanes, por su parte, han dirigido operaciones en diversos puntos del país en un intento por desarticular a los yihadistas y materializar las promesas de seguridad que hicieron durante la guerra, antes de llegar al Gobierno, cuando aseguraron que las zonas bajo su control estaban libres de terrorismo y crimen.