La justicia argentina anunciará este martes si absuelve o condena a prisión a la vicepresidenta Cristina Kirchner en una causa por presunta corrupción cuando fue mandataria (2007-2015) y cuyo veredicto tendrá un fuerte impacto político.
«Obviamente habrá una condena», dijo Kirchner al diario brasileño Folha de Sao Paulo.
La última audiencia comenzó a las 09:30 am locales, con las palabras finales de uno de los 13 acusados, tras lo cual el tribunal declaró formalmente cerrado el debate.
«A continuación el tribunal pasará a deliberar y convoco a las partes para las 05:30 pm del día de la fecha para dar a conocer el veredicto», dijo el presidente del tribunal, Jorge Gorini.
Aunque sea condenada, Kirchner no irá a prisión por contar con fueros. Será un fallo en primera instancia que abre un largo derrotero de apelaciones antes de quedar firme, por lo que le permitiría presentarse a cualquier cargo en las elecciones generales de 2023.
«La condena tiene un fuerte impacto político», declaró a la AFP el analista Rosendo Fraga, pero la posibilidad de que sea detenida por esta condena es inexistente.
Desde el inicio del juicio, en 2019, la exmandataria de 69 años de edad sostuvo que su condena «está escrita de antemano» al denunciar que se trata de un juicio político que persigue aleccionar a todo el peronismo.
Kirchner está acusada, junto a otras 12 personas, por la adjudicación supuestamente irregular de contratos de obras públicas en la provincia de Santa Cruz (sur) durante sus dos mandatos como presidenta (2007-2015).
La fiscalía pidió para ella 12 años de prisión al considerarla jefa de una asociación ilícita y por defraudación, además de solicitar la inhabilitación política para ejercer cargos públicos.
Kirchner dijo que más allá de una sentencia condenatoria, seguirá en política. «Opinar y decir lo que me parece que hay que hacer para salir y construir un país mejor para nuestra gente, a eso no voy a renunciar nunca», advirtió.
En sus palabras finales ante el tribunal, Kirchner acusó a los jueces de haber inventado y tergiversado los hechos. «Esto es un pelotón de fusilamiento», dijo.
La defensa cuestiona además la figura penal de asociación ilícita sobre la que la fiscalía construyó su acusación. Si el tribunal toma solo la figura de defraudación, la pena máxima se reduce a 6 años de prisión.
En ambos casos es aplicable la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
«Es muy difícil fundamentar una condena. Si hay derecho, y esto es Estado de derecho, tiene que absolver», aseguró el lunes uno de los abogados de la vicepresidenta, Gregorio Dalbón.
El letrado afirmó que «no hay prueba de cargo para condenarla, (pero) si el juicio va a ser político, por supuesto que va a haber una condena».
El analista Rosendo Fraga consideró que sea cual fuere el veredicto, el impacto será fuerte. «La estrategia de Cristina va a ser profundizar su teoría del ‘lawfare’, que consiste en denunciar los fallos adversos en las causas de corrupción como una maniobra política para impedir su candidatura, haciendo la analogía con lo sucedido con Lula en Brasil cuatro años atrás», dijo a la AFP.
En todo caso «buscará manifestaciones de adhesión de los líderes progresistas de la región, empezando por el brasileño».
Por otro lado que una eventual condena no sea acompañada de prisión será una decepción para los sectores antikirchneristas, apuntó Fraga.
«Es probable que ella, si no se presenta de candidata a la presidencia, lo haga a la senaduría de la provincia de Buenos Aires, con lo cual tendría fuero hasta el 10 de diciembre de 2029», estimó.
Desde muy temprano, un puñado de seguidores se acercó a los tribunales del barrio de Retiro para expresar su respaldo a Kirchner, pese a que ella como los demás acusados escucharán el veredicto de manera virtual.
«Estoy acá defendiendo a Cristina, la defendemos por lo que hizo y porque sabemos lo que puede seguir dando. Es una persona transparente. Si la están juzgando es por todo lo que le dio al pueblo», declaró a la AFP Marcelo Graziano, un cuentapropista de 50 años, frente a los tribunales.
Varias organizaciones kirchneristas se declararon en alerta ante una posible condena sin llamar a una movilización conjunta. Un sector más radicalizado comenzó una larga marcha desde el límite oeste de Buenos Aires hacia los tribunales.
«Si tocan a Cristina, paramos el Estado. No vamos a permitir un ‘Lula’ en nuestros país», dijo días atrás Daniel Catalano, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado.
Sin embargo, la propia vicepresidenta desalentó las movilizaciones para evitar provocaciones, dijeron fuentes partidarias.
El 1 de septiembre Kirchner sufrió un intento de homicidio cuando un hombre armado se coló entre seguidores que la esperaban a las puertas de su casa para expresarle su respaldo frente al juicio.