Por primera vez, desde que inició la guerra entre Rusia y Ucrania, en febrero de 2022, el gobierno de Putin ha dislumbrado un posible fin de este conflicto, siempre y cuando se tenga en cuenta los «intereses justos» de Rusia.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, consideró este jueves en Ankara que son posibles negociaciones de paz en Ucrania dentro de un «nuevo orden mundial».
En una rueda de prensa, junto a su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, el ministro ruso culpó a los países occidentales y a Estados Unidos de no permitir que Ucrania se siente a la mesa de negociaciones de paz.
«Estados Unidos quiere ser hegemónico e imponer su posición a todos. Quieren un nuevo orden mundial unilateral», afirmó Lavorov.
«Las negociaciones son posibles si se tienen en cuenta nuestros justos intereses», agregó el ministro ruso y añadió que Rusia está a favor de un nuevo orden mundial según los principios de la ONU y no dominado únicamente por Estados Unidos.
Según Lavrov, Occidente y Estados Unidos, impiden que Ucrania se siente a la mesa de negociaciones, para derrotar a Rusia en el campo de batalla ya que «después de Rusia, el nuevo objetivo será China.»
Los dos ministros centraron sus conversaciones en la guerra de Ucrania y en el acuerdo sobre exportación de cereales, que Rusia prorrogó en marzo sólo por 60 días.
Çavusoglu subrayó la importancia del acuerdo para la seguridad alimentaria internacional, pero también declaró que la parte rusa del acuerdo no se ha aplicado.
«Apoyamos la eliminación de los obstáculos a la exportación de cereales y fertilizantes rusos. La ampliación del acuerdo sobre cereales depende de la solución de estos problemas», dijo el ministro turco.
«El acuerdo sobre el grano se aplica de forma unilateral», señaló Lavrov, subrayando que el acuerdo alcanzado con la ONU era un paquete que incluía también la exportación de grano y fertilizantes rusos.
«Los cereales y fertilizantes no están en la lista de sanciones. Pero los países occidentales intentan decirnos que no podemos exportar. Estamos hartos de apelar a las conciencias. Si no mejora la situación de nuestros cereales y fertilizantes reconsideraremos si necesitábamos este acuerdo», concluyó el ministro ruso.