El jefe del grupo paramilitar ruso Wagner afirmó este domingo que recibió «la promesa» del ejército de que tendrá más municiones y armamento para poder seguir combatiendo en la ciudad ucraniana de Bajmut, después de amenazar con retirar a sus hombres.
El viernes, en un virulento video, Yevgueni Prigozhin se mostró furioso con los jefes del ejército ruso y aseguró que sus fuerzas se retirarían de Bajmut, escenario de la batalla más larga y sangrienta en el este de Ucrania, si no recibían un mayor apoyo.
Igualmente acusó al mando del ejército de ser el responsable de «decenas de miles» de rusos muertos y heridos en Ucrania, mientras sigue perfilándose una amplia contraofensiva de Kiev con la ayuda de las armas entregadas por Occidente.
«Nos prometen entregarnos todas las municiones y el armamento que necesitamos para proseguir las operaciones», indicó el líder de Wagner en un mensaje de audio publicado este domingo por su servicio de prensa.
«Se nos jura que todo lo necesario será suministrado a nuestros flancos» alrededor de Bajmut, «para que el enemigo no los rompa, y nos han dicho que podemos actuar como estimemos necesario en Artiomovsk», añadió utilizando el nombre soviético de esa ciudad ucraniana.
El líder paramilitar aumentó la presión el sábado, al pedir permiso al Ministerio ruso de Defensa para poder ceder sus posiciones en Bajmut a las tropas chechenas.
El jefe de Wagner acusó desde hace meses al Estado Mayor ruso de no suministrar suficientes municiones a sus paramilitares, para privarlos según él de una victoria en Bajmut que le haría sombra al ejército regular.
Sucesivos asaltos en Bajmut
Observadores occidentales estiman, sin embargo, que todo esto podría ser una estratagema de Prigozhin para evitar tener que asumir la responsabilidad de un eventual fracaso ante la anunciada contraofensiva ucraniana.
La viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar, afirmó el sábado que los rusos siguen «concentrando sus principales esfuerzos en el sector de Bajmut», y buscan «recursos» para robustecer sus capacidades.
La batalla en esta localidad de valor estratégico limitado se libra desde el verano boreal, pero ha cobrado un peso simbólico dada la duración y la intensidad de los combates por su control.
Las tropas de Wagner han lanzado sucesivos asaltos contra la ciudad, transformada en un campo de ruinas y controlada por las fuerzas rusas en más de un 90 por ciento según Moscú.
El domingo por la noche, Kiev fue blanco de ataques aéreos, según la administración militar de la ciudad. Cuatro personas resultaron heridas, informó el alcalde Vitali Klitschko, que agregó que se les estaba prestando atención médica.
En paralelo, la región de Odesa también fue atacada, de acuerdo con la administración regional. «Un misil X-22 impactó una infraestructura logística (un almacén de alimentos) (…) provocando un grave incendio», precisó la misma fuente.
Ante el temor a una contraofensiva ucraniana, las autoridades de ocupación rusas anunciaron el viernes evacuaciones parciales en 18 localidades de la región ucraniana de Zaporiyia (sur), en particular en la ciudad de Energodar, donde vive la mayoría de los empleados de la mayor central nuclear de Europa.