El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este lunes a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, y criticó las sanciones impuestas a ese país en los últimos años, aunque aclaró que de él dependerá que Venezuela tenga en 2024 unas elecciones «libres».
Maduro llegó a Brasilia en vísperas de una cumbre suramericana convocada por Lula, quien lo recibió en el Palacio presidencial de Planalto para una cita en la que ambos celebraron la retomada de la relación bilateral, suspendida desde 2019 por decisión del Gobierno que presidía el ultraderechista Jair Bolsonaro.
En rueda de prensa, Maduro afirmó que su país ha sido objeto en los últimos años de un cerco «ideológico» montado por la ultraderecha global, pero aseguró que «ha resistido» y está listo para «trabajar» con Brasil «en la construcción de un nuevo mapa de cooperación» regional.
Lula calificó la que ha sido la primera visita a Brasil de Maduro desde 2015 como «histórica», sostuvo que fue elegido presidente de Venezuela por «el pueblo» y se dijo dispuesto a retomar las relaciones en todos los planos.
Criticó además a los países que, en su momento, reconocieron como «presidente» de Venezuela al exdiputado opositor Juan Guaidó y dijo que poco habían ayudado a mejorar la vida de los venezolanos.
«A los europeos les decía que no comprendía que un continente que ejercía la democracia tan plena como Europa pudiese apoyar la idea de que el impostor fuese el presidente», recalcó Lula, en alusión a Guaidó.
Sin embargo, también advirtió a Maduro de que la celebración de unas elecciones libres en Venezuela, previstas para 2024, dependerán de él.
«Está en su mano que Venezuela haga su propia narrativa y que vuelva a ser un país soberano, donde solo su pueblo, a través de una votación libre, diga quién debe gobernar. Y entonces nuestros adversarios van a tener que pedir disculpas por el estrago que han hecho», manifestó Lula.
UN COMPROMISO MUTUO CON LA INTEGRACIÓN SURAMERICANA
Tanto Lula como Maduro se pronunciaron en favor de retomar en el más breve plazo posible el proceso de integración suramericano, casi interrumpido en los últimos años.
Con ese fin, Lula ha convocado a los presidentes de los otro once países de la región (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) para la cumbre de este martes en Brasilia.
Según Lula, «ningún país (suramericano) en 500 años de historia consiguió transformarse en un país de renta alta», pues todos «siempre estuvieron lidiando con la pobreza» y ninguno de ellos «va a poder solucionar solo esa situación».
Sobre esa base, defendió que la región forme «un bloque» para «negociar con más poder, más fuerza y más posibilidad de ganar» ante terceros países o uniones comerciales.
Maduro coincidió en ese punto con Lula y afirmó que Venezuela está lista para participar en la «construcción» de una nueva Suramérica «fraterna y solidaria».
UNA POSIBLE RECONEXIÓN ELÉCTRICA, EL PRIMER FRUTO CONCRETO
Uno de los asuntos más concretos en lo bilateral de entre los que fueron tratados en la reunión fue la posible retomada de la interconexión eléctrica entre Venezuela y Brasil, suspendida también hace cuatro años, cuando Bolsonaro puso las relaciones en el congelador.
«Queremos recuperar la relación energética con Venezuela», dijo Lula en alusión a líneas de transmisión que llevaban electricidad de la represa venezolana del Guri hasta el estado brasileño de Roraima, en el norte del país.
Según Lula, «Roraima es el único estado (brasileño) fuera del sistema eléctrico nacional», al que no está conectado, y por las decisiones políticas que suspendieron las relaciones con Venezuela «funciona a base de termoeléctricas, que son mucho más caras».
Maduro garantizó la cooperación de Venezuela y dijo que podría comenzar de inmediato a enviar unos «190 megavatios», aunque aclaró que sería necesaria una «inversión básica de cuatro o cinco millones de dólares para recuperar las líneas de transmisión»
Sin embargo, el líder venezolano pidió «apoyo» a «los empresarios brasileños» para esas inversiones, sin llegar a citar, al igual que Lula, las deudas de casi 600 millones de dólares que Venezuela tiene desde hace años con empresas de Brasil.
EFE