Las refinerías de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se encuentran todas operando por primera vez desde 2017. En los últimos años Cardón, Amuay, Puerto La Cruz y El Palito tuvieron paradas constantes por incidentes en sus distintas plantas, que impidieron producir el combustible necesario para cubrir la demanda interna.
La falta de inversión para el mantenimiento de la infraestructura petrolera fue la principal causa de la debacle en el complejo refinador venezolano con una capacidad de producción de 1,3 millones de barriles diarios (b/d).
Fallas eléctricas, incendios por falta de un sistema de pararrayos, derrames de crudo, fuga de gases y explosiones fueron las constantes en estos años. Mientras que los trabajadores advirtieron que no se respetaban los protocolos de seguridad en los momentos de arranque o parada de las refinerías, lo que desencadenaba los incidentes; funcionarios afirmaron que los accidentes eran producto de acciones de sabotaje, lo cual nunca fue demostrado en las investigaciones.
Pdvsa inició en 2020 las labores para reactivar las refinerías del país, obligado por la escasez de combustible y las largas filas de vehículos en las estaciones de servicio para surtir gasolina.
A pesar de la mejora en sus actividades, las refinerías aún no operan al 100% de su capacidad y se estima estén refinando entre 110.000 a 150.000 barriles diarios de combustible, entre gasolina, diésel y gasoil.
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