A partir de este martes, Italia bloqueará las tarjetas sim de los teléfonos móviles y otros dispositivos de los menores de edad para impedir que accedan a contenidos inapropiados.
La idea es evitar que ingresen a páginas con violencia, pornografía, juegos de apuestas, uso de armas, que promuevan trastornos alimenticios, además de mensajes de odio y discriminación.
Algunos padres y pedagogos ven la medida útil, pero insuficiente.
Contenidos inapropiados
Serán las propias teleoperadoras las encargadas de activar automáticamente el bloqueo, sin necesidad de una petición previa, según las directrices impuestas por el Garante de las Comunicaciones italiano.
La nueva norma italiana, una de las más exigentes de Europa, tipifica ocho tipos de contenidos potencialmente dañinos para los más jóvenes.
El bloqueo tiene sus limitaciones, pues solo funcionará en los teléfonos conectados a internet con una tarjeta sim a nombre del menor, ya que la legislación italiana permite su registro a partir de los 8 años.
Si la tarjeta está a nombre de un tutor legal, será el responsable de pedir la activación del control parental, y podrá hacerlo también en su propio dispositivo.
“Quizás el menor tenga amigos que no tengan ese sistema y, por tanto, muchos encuentren maneras de saltárselo”, explica el pedagogo Cosimo Di Bari, investigador de Educación Mediática en la Universidad de Florencia y autor del libro “Los nativos digitales no existen”.
Alertó “la edad en la muchos menores encuentran contenidos violentos y sexuales es cada vez más temprana”, a veces sin suficiente educación previa para afrontarlos.
“Hay cierta tendencia en la sociedad de aislar a los hijos, comportamientos que aparentemente les protegen, pero no les pone en condiciones de afrontar otros riesgos”, subraya.
Útil, pero insuficiente
El 12 % de los menores italianos de entre 4 y 10 años tienen un móvil propio, que no comparten con sus padres, y 3 de cada 10 disponen de uno antes de los 12 años, cuando la mayoría de los expertos coinciden en que tenerlo antes de los 13 supone un alto riesgo para ellos.
Pérdida de concentración y memoria, deterioro de la capacidad de aprendizaje, trastornos del sueño y aumento de la agresividad son algunos de los daños sobre los que advierte la Sociedad Italiana de Pediatría, al recomendar a las familias que no anticipen el uso del móvil a sus hijos.
Francesca, madre de una adolescente de 15 años, afirma que la medida es “justa”. Dice que en los últimos años las horas que su hija pasa en las redes sociales han aumentado y “es fácil que llegue a sitios no adaptados a ella”.
Así, el experto Di Bari afirma que ese control tecnológico debe entenderse sobre todo como una herramienta educativa que enseñe a los jóvenes a “autorregularse, a entender cuales son los límites de contenido y también del tiempo que uno pasa en los dispositivos.”
Fuente: 2001