Asesino en serie se salva de la pena de muerte porque no le encontraron la vena

Debía recibir una inyección de pentobarbital, pero tras más de 45 minutos tratando de insertarle la sonda, el equipo médico desistió de ejecutarlo

El estado de Idaho, al noroeste de Estados Unidos, suspendió la ejecución de Thomas Creech, un asesino en serie que fue condenado por varios asesinatos, cuando el equipo médico fue incapaz de inyectarle la sonda intravenosa.

La ejecución de Creech, un hombre de 73 años al que se le considera responsable de 11 asesinatos, estaba prevista a las 10:00 hora local en el Instituto Correccional del Estado de Idaho.

Según el procedimiento , debía recibir una inyección con cinco gramos de pentobarbital, pero tras más de 45 minutos tratando de insertarle la sonda, el equipo médico desistió de ejecutarlo, según informaron las autoridades.

El reo fue trasladado a su celda tras suspenderse la ejecución.

Idaho es uno de los estados menos activos del país en la aplicación de la  pena de muerte solo ha ejecutado a tres personas, la última hace 12 años.

Creech lleva 50 años en prisión, más de 40 en el corredor de la muerte.

El reo había sido condenado a muerte inicialmente por los asesinatos de John Wayne Bradford y Edward Thomas Arnold en 1974, pero esa sentencia fue conmutada por  cadena perpetua cuando la pena de muerte fue declarada inconstitucional durante un breve periodo de tiempo en ese estado.

Mientras cumplía su nueva pena de cadena perpetua, asesinó en la cárcel a golpes a David Dale Jensen, otro preso que servía condena por un robo de automóvil.

Además, también había sido condenado en el estado de Oregón por el asesinato en 1974 de William Joseph Dean y en California por el de Vivian Grant Robinson en el mismo año.

Estos son los cinco asesinatos por los que Creech fue condenado a lo largo de su vida, pero llegó a admitir cerca de 40 homicidios, aunque las autoridades ahora son escépticas de que sea realmente el responsable de todos ellos, ya que hizo las confesiones bajo coacción.

Las autoridades, sin embargo, lo consideran responsable de 11 asesinatos.

Las ejecuciones con inyección letal han enfrentado en los últimos años numerosos problemas, entre ellos la dificultad de los equipos médicos para introducir sondas intravenosas en presos de avanzada edad o con complicaciones de salud.

Por este motivo, entre otros, Alabama probó por primera vez el mes pasado la asfixia con gas nitrógeno, un nuevo método que otros estados ya han empezado a estudiar.

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