El exjugador profesional de fútbol americano y actor O.J. Simpson, que fue absuelto en un polémico juicio por doble homicidio, murió a los 76 años de edad, informó su familia este jueves.
«El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió en su batalla contra el cáncer. Estaba rodeado de sus hijos y nietos», publicó la familia en la red social X.
Simpson saltó a la fama como futbolista universitario antes de jugar en la NFL y luego llegó a ser considerado como uno de los mejores jugadores de fútbol americano en Estados Unidos.
Su vida dio un giro cuando fue acusado de los homicidios de su exesposa, Nicole Brown, y un amigo de ella, Ronald Goldman.
En el juicio, realizado en 1995 y seguido con gran atención por la opinión pública estadounidense y mundial, Simpson fue hallado no culpable, pero no pudo librarse de la polémica que generó el caso que fue cubierto por más de 2.000 periodistas de todo el mundo.
«El juicio del siglo»
Antes de 1994, Simpson era mirado con cariño por el público estadounidense, que lo conocía como un destacado deportista profesional y actor. Además tenía contratos millonarios para trabajar como la imagen pública y portavoz de importantes empresas estadounidenses.
Pero ese año, fue arrestado como sospechoso del asesinato de Brown y Goldman.
Bautizado por la prensa como «el juicio del siglo», el proceso judicial fue uno de los más notorios de Estados Unidos del siglo XX, conmocionó a la nación y fue retransmitido por televisión en muchas partes del mundo.
Los fiscales argumentaron que Simpson mató a Brown en un ataque de celos.
La evidencia presentada en el juicio incluyó pruebas de sangre, cabello y fibras que vinculaban a Simpson con los asesinatos.
En uno de los momentos más memorables del juicio, los fiscales le pidieron a Simpson que usara un par de guantes manchados de sangre encontrados en la escena del asesinato, pero Simpson tuvo dificultades para ponérselos.
El error garrafal llevó a uno de los abogados de Simpson, Johnnie Cochrane, a decirle al jurado en sus argumentos finales: «Si no encaja, debe absolverlo».
La defensa argumentó que Simpson había sido incriminado por la policía motivada por racismo.
El jurado estuvo de acuerdo con Simpson, quien declaró que era «absolutamente inocente». La absolución resultó enormemente controvertida.
En 2008, fue condenado a 33 años de prisión por robo a mano armada. Fue puesto en libertad en 2017.