En un mundo donde el arte se manifiesta de diversas maneras, Ramón Nieves ha encontrado su pasión a través de la piel. Este talentoso tatuador ha capturado la atención de amantes del arte y la cultura en Chile, Carolina del Norte y Nueva York, llevando su estilo surrealista a nuevos escenarios. Su trabajo no solo adorna cuerpos, sino que también cuenta historias y evoca emociones profundas.
Hace más de una década, a la temprana edad de 18 años, Ramón Nieves decidió emprender un camino creativo que lo transformaría en el artista que es hoy en día. Estudiando artes plásticas en la Escuela Técnica de Artes «Martín Tovar y Tovar», en Barquisimeto, Venezuela, este apasionado creador descubrió su amor por el dibujo y la pintura. Durante su tiempo en la escuela, un compañero lo introdujo al mundo del tatuaje, una experiencia que cambiaría su vida. “Quedé maravillado al descubrir que existía una forma distinta de hacer arte y, sin dudarlo, decidí lanzarme a esta aventura”, comenta Nieves, al recordar aquel punto de inflexión en su carrera.
El artista comenzó su camino como tatuador, practicando con amigos en la casa de sus padres. En el transcurso de un año, logró realizar sus primeros tatuajes, aunque en un número limitado; sin embargo, tenía la convicción de que esa era su verdadera vocación. El deseo de crecer en el ámbito del arte corporal lo llevó a buscar trabajo en una tienda de tatuajes en Barquisimeto. Con dedicación y una firme convicción, pudo dejar sus estudios universitarios de Diseños de Obras Civiles, carrera con la que no se identificaba, para dedicarse por completo a su verdadera pasión: el tatuaje.
En Venezuela, su trayecto en la industria del tattoo fue breve, pero relevante para llevar ese talento a un siguiente nivel e ir tras la búsqueda de nuevas oportunidades en Chile. En noviembre del 2017, el venezolano llegó con la esperanza de continuar su carrera, pero el inicio no fue fácil; enfrentó el desafío de ser un desconocido en su ámbito. Muchos estudios le cerraron las puertas y la presión económica se hizo sentir. A pesar de las dificultades, su determinación por dedicarse al tatuaje nunca flaqueó.
A finales del mismo año, su esfuerzo comenzó a dar frutos cuando logró unirse a un estudio de tatuajes en Santiago. Ese fue el punto de partida de su trayectoria en el país donde poco a poco fue construyendo una sólida base. Dos años más tarde, junto a su esposa, Cindy, dio un paso audaz y fundó «Snow Crew Studio», un estudio ubicado en Providencia. Al principio, el equipo estaba formado solo por ellos dos, pero su visión y trabajo arduo pronto atrajeron a otros artistas talentosos. Con el tiempo, «Snow Crew Studio» creció y ahora cuenta con un equipo de 10 tatuadores, cada uno aportando su propio estilo y creatividad.
Ramón ha venido capturando la atención de los de amantes del tatuaje con su enfoque en la creación de composiciones surrealistas de gran escala. Aunque su especialización está basada en técnicas «black and grey», ha ampliado su portafolio en el último año con la incorporación de colores que le dan vida a los diseños que realiza. La esencia de su trabajo radica en la capacidad para traducir los conceptos y emociones en impresionantes obras de arte. Cada tatuaje que hace es una representación gráfica de historias, sueños o visiones que los clientes desean plasmar en su piel, convirtiendo cada sesión en una experiencia profundamente personal y significativa. «Últimamente, me buscan para trabajar estas composiciones en piernas o espaldas completas, brazos, torsos… Creo que es porque he logrado trasladar este concepto a una forma estética de adornar y complementar el cuerpo humano de forma fluida, esto es gracias a un estudio anatómico de cada cuerpo con el que trabajo», indica.
Actualmente, Ramón se encuentra en Charlotte, Carolina del Norte (USA), donde ha encontrado un espacio para expresar su creatividad y conectar con un nuevo público. Desde hace un año, ha experimentado el éxito en los Estados Unidos, sin dejar a un lado el compromiso con su estudio en Chile. Uno de los hitos más emocionantes en la carrera del tatuador es su próximo reto como artista en «Inknation Studio», una de las tiendas de tatuaje más reconocidas de Nueva York. «Trabajar en este estudio fue un sueño que no estaba en mis planes iniciales, pero cuando algo es para ti, Dios encuentra formas de hacerlo posible», agrega el venezolano, quien se encuentra entusiasmado por seguir extendiendo su arte.
Nota de prensa: Geraldine González
Fotos cortesía: Ramón Nieves / @ramonieves_