El partido Un Nuevo Tiempo denunció que la situación de destrucción en la que se encuentran las universidades de Venezuela, se debe a la existencia de una insuficiencia presupuestaria, ya que se maneja el mismo presupuesto desde hace cuatro años, llevando a las instituciones a solicitar créditos adicionales para cumplir con los gastos de nómina del personal.
Robert Rodríguez, directivo de APROUPEL y miembro de la FAPUV informó que “a lo largo de los últimos años se ha destruido sistemáticamente a las universidades venezolanas por la vía del presupuesto, se ha ahogado financieramente a las casas de estudio, no es posible que desde 2007 se cuenta con un presupuesto reconducido, nos someten a solicitar créditos para poder subsistir y escasamente nos alcanza para pagar sueldos y algunas providencias estudiantiles”.
El también SubSecretario de Educación de Un Nuevo Tiempo destacó que los egresados y trabajadores de las distintas instituciones sufren persecuciones por oponerse a las ideas y políticas del régimen actual, “por eso queremos dejar sentado que el gobierno promueve la criminalización de la opinión, pretende imponer un sesgo permanente de su pensamiento único y la destrucción sistemática de toda posibilidad de disidencia y de pensamiento autónomo y crítico en la universidad”.
Agregó que en la actualidad existe un conflicto universitario que, aunque se haya planteado en principio como un problema salarial, engloba muchos aspectos importantes “como es el caso de que profesores reciben menos de un salario mínimo, también están obreros y empleados que no tienen escala salarial, porque todos ganan lo mismo, incluso hasta menos, trayendo como consecuencia la pérdida de una buena cantidad de valores en los estudiantes, porque simplemente los educadores no pueden sobrevivir con sueldos de hambre”.
Rodríguez informó que para 1998 un educador tenía un ingreso aproximado de tres mil dólares, equivalente a 7.5 salarios mínimos, hoy en día ese mismo profesional se encuentra devengando apenas 3.33 salarios mínimos, sencillamente, “se ha ido destruyendo la capacidad adquisitiva y el nivel de vida de los profesores universitarios”.