¿Cómo se explica que la población de un país con las reservas petroleras más grandes del mundo, no tenga garantizado el acceso a las medicinas a precios justos? ¿Por qué un venezolano tiene que recorrer cuatro o cinco farmacias buscando un fármaco, que de no tomarlo compromete seriamente su salud? ¿Quién paga por eso?
¿Qué “humanismo” hay en un Gobierno que permite la escasez y especulación con las medicinas? ¿Cómo uno de nuestros compatriotas que padezca de diabetes, que viva en un barrio como La Amapola de Petare, puede gastarse 325 bolívares en una caja de 50 tiras reactivas para medir sus niveles de azúcar en la sangre?
Apenas en enero, esa caja de cintas One Touch se compraba en Farmatodo en 120 bolívares y menos de cuatro meses aumentó casi el 200%… ¿quién responde por esto? Especialmente delicado es este tema si se toma en cuenta que las tiras reactivas no se consiguen y si se logra hallar una caja el precio es sencillamente inaccesible.
A la buena de Dios
“Por sus frutos los conoceréis” dice la Biblia y es evidente que esta crisis económica que vivimos indica que este camino presuntamente “humanista”, no es. Ya no funciona echarle la culpa al “gobierno anterior”, a la CIA, al “Imperialismo”, al “Golpe de abril de 2002”, a la “oposición apátrida”. No. La gente no se come ese cuento. Se acabó esa manipulación, el pueblo ya sabe con nombre y apellido quienes son los autores de este desastre.
¿Cómo se explica que la población de un país con las reservas petroleras más grandes del mundo, no tenga garantizado el acceso a las medicinas a precios justos? ¿Por qué un venezolano tiene que recorrer cuatro o cinco farmacias buscando un fármaco, que de no tomarlo compromete seriamente su salud? ¿Quién paga por eso?
La Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), se ha pasado más de un año entre amenazas de regulación de las medicinas y de los carísimos servicios de las clínicas privadas, sin que hasta la fecha se le haya visto “el queso a la tostada”.
Igual destino corre el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), que es otro ente que sólo funciona para alimentar la burocracia “roja”, porque nada le resuelve a la gente. No combate la especulación en ninguna parte, en los números telefónicos y correos que ponen a disposición de los denunciantes es raro que respondan, y cuando lo hacen sencillamente no pasa nada. Estamos “a la buena de Dios”.
Precios disparados
“Trabajar y trabajar y no me alcanza ni pal’ sudor…”, cantaba nuestro Alí Primera, hoy más vigente que nunca: El mercado quincenal que hasta el mes pasado rondaba los mil quinientos bolívares, hoy está en unos dos mil setecientos… ¡y sin carne! Amigas y amigos que vamos a los supermercados no salimos de nuestro asombro cuando un producto que hace 30 días costaba 80 bolívares, hoy lo compramos hasta en 200 bolívares.
El desabastecimiento y la especulación andan de fiesta gracias a la “revolución”.
Esta semana hablaba con un conductor que me contaba que hace dos meses pagaba 12 bolívares por cien gramos de mortadela, y el jueves compró la misma cantidad en ¡37 bolívares!. “Sr. Richard, después que se murió Chávez aquí todo el mundo está haciendo lo que le da la gana”, me decía el chofer, con notorio tono melancólico, y remataba su pesar con esta frase: “es que aquí, ya no hay Gobierno”.
¿”Poderío” militar?
El pasado miércoles se probó el lanzamiento de un misil en La Orchila y yo me pregunto: ¿cómo carajo este Gobierno va a estar pendiente de un cohete cuando se nos están muriendo venezolanos de cáncer, porque de 26 equipos radiológicos, sólo seis están operativos en todo el país?
Para mí, la exhibición de “poderío militar” sólo sirvió para una bonita foto a mandíbula batiente del presidente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, el ministro de la Defensa y José Vicente Rangel, con un único fin: tratar de contrarrestar el brutal daño que el audio de Mario Silva le causó al chavismo… pero ese es otro cuento…
“Mario, asume tu vaina…”
La tesis del avión del Mossad “chupa-audio” que se apoderó de las transmisiones de Mario Silva es un cuento que sólo se cree “Mayuya”… Entre los numerosos artículos que leí en la página web oficialista Aporrea.org sobre este episodio, hay uno que se titula “Mario, asume tu vaina, que el pueblo te respaldará”, cuyo autor –palabras más, palabras menos- exhorta a Silva a admitir como un verdadero revolucionario el contenido de la grabación difundida el pasado lunes, ya que la gran mayoría del pueblo chavista es honesto y producto de su madurez política entenderá que el proceso debe depurarse para avanzar en la construcción del legado de Hugo Chávez.
Más allá de mis diferencias ideológicas con el chavismo y con los presuntos delitos admitidos en esa conversación, creo que allí está el fondo de todo: el pueblo que entregó sus esperanzas al liderazgo de Hugo Chávez no merece ser traicionado por una pila de malandros que saquea al país. Comparto plenamente la tesis que la mayoría oficialista es honesta y ese ventilador que dejó al descubierto “el mar de m…” que Silva manifestó en ese audio debe serle aclarado al soberano, que de manera incondicional apoyó a Chávez… ¿la cúpula chavista tendrá los pantalones para asumir lo que ya la historia no le da margen de maniobra para seguir esquivando? De no tenerlos, los 15 años de Gobierno “rojo rojito” terminarán en una gran frustración colectiva que se traducirá en una pérdida traumática del respaldo mayoritario que una vez tuvieron.
Yo, que aborrecí la corrupción de la llamada Cuarta República, jamás imaginé que los ladrones de cuello blanco de esa época resultarían una especie de “coro de niños angelicales” al lado de este banda de delincuentes de la Quinta República, que disfrazada de “humanista” se enriquece a punta de chanchullos…
Demás está decir que reitero la invitación del camarada de Aporrea.org, por el bien del país que merece saber quiénes son esos “vampiros” que se chupan el futuro de Venezuela y que deben pagar sus culpas: “Mario, asume tu vaina, que el pueblo te respaldará”
Sin Rodeos
Richard Sanz
Twitter: @rsanz777