Buscan a una mujer de nombre “Oriana” que los condujo al 23 de Enero, tras contactar a su víctima por la red social Facebook
Caracas (Especial/AA).- Una cita a ciegas que se planificó a través de una cuenta en Facebook, condujo a Reidid Josue Rojas Medina (21), hasta su propia muerte. El hijo del fiscal 24 con competencia nacional, Didier Rojas, se ofreció a llevar hasta el bloque 34 de la parroquia 23 de Enero, a Daivin Isaid Acosta Carrillo (26), un joven que apenas conocía.
Reidid vivía alquilado en una residencia en San Antonio de Los Altos junto a un amigo, ambos estudiantes de Derecho de la Universidad Bicentenaria de Aragua. Hace un par de meses, un primo del segundo, Daivin Acosta, llegó a compartir con ellos el apartamento porque tuvo un problema que lo llevó a salir del 23 de Enero, donde vivía.
Viaje sin regreso
Recientemente, el Daivin Acosta conoció a una mujer de nombre “Oriana” a través de las redes sociales. Este jueves la mujer lo citó en el bloque 34 del 23 de Enero. El muchacho le pidió a su primo que lo llevara hasta la zona oeste de Caracas, pero este estaba indispuesto.
Reidid Rojas hacía carreras de taxi de noche con el carro Renault Logan de su amigo. Cuando los escuchó hablando se ofreció a llevarlo en el vehículo. Salieron rumbo al 23 de Enero en un viaje sin regreso. “Mi hijo se subió en el autobús. El autobús pasó y él se subió rumbo a su propia muerte”, dijo Didier Rojas, fiscal 24 nacional, ayer en el Cementerio de Este, en La Guairita.
Un padre consternado
El fiscal Didier Rojas, de dilatada trayectoria y una indiscutible competencia, coordinó la diligente entrega del cuerpo de su hijo que este mismo jueves fue llevado al Cementerio de Este. Ayer, a horas del entierro, se notaba en su rostro el cansancio que vencía con su buen humor aunque estaba internamente devastado.
Los abrazos de afecto interrumpían una conversación que por su decisión fue dinámica. Sin embargo, fue claro y preciso en aclarar cada pormenor con respecto a la trágica experiencia que ahora vivía.
En un discurso sereno que parecía no quebrarlo se detenía y hacía pausas. Sus ojos asomaron la tristeza al decir que no tuvo el valor de ver su hijo muerto, en las condiciones en que fue hallado. “A mi mamá yo prácticamente le hice la autopsia. A mi hijo no quise verlo. Solo pregunté si tenía tatuajes y me dijeron sí. Ya estuve seguro que era él”.
Reidid Rojas tenía dos tatuajes en el cuerpo, uno en el pecho y otro en la pierna derecha. Este último era el nombre de su abuela paterna, fallecida ya según acotó el mismo fiscal.
Tragedia presentida
Los dos cadáveres fueron hallados en la calle Colombia de Monte Piedad, en la parroquia 23 de Enero la mañana del viernes. Ya Didier Rojas sabía de la desaparición y en sus mecanismos comenzó una búsqueda que fue breve y que terminó calamitosamente.
Al amanecer el amigo de su hijo le envió un mensaje y le dijo que estaba desaparecido. Cuando escuchó los pormenores del caso vino a pecho una corazonada. “Supe que algo no estaba bien. De en adelante esa sensación se fue haciendo más grande hasta que confirmé lo que presentía”, dijo.
Eran cerca de las 10:00 de la mañana cuando un amigo que reside el oeste de Caracas lo llamó por teléfono y le dijo que se había enterado que Reidid estaba desaparecido. Esa misma persona le comentó del hallazgo de dos cadáveres cerca de Caño Amarillo. “En ese momento dije, ese es mi hijo”, comentó.
Buscan a una mujer
El vehículo donde se desplazaban las víctimas no ha sido localizado. Los dos muchachos fueron despojados de todas sus pertenencias, incluso sus documentos de identidad.
La División contra Homicidios reactivó las labores de búsqueda ayer. Amigos y miembros del entorno de Reidid Rojas fueron citados a rendir declaraciones, aunque todo fue dirigido hacia esa mujer, “Oriana” y de determinar si en realidad existe o fue un señuelo que lo enemigos de Daivin Acosta usaron para conducirlo hasta sitio donde fue ultimado.
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Tiroteado por
la espalda
La policía no descarta la vinculación en el crimen, de algún grupo armado que opera en la parroquia 23 de Enero. Se maneja que el hijo del fiscal no tenía ninguna relación con los homicidas, salvo de haber llegado a sus manos, por estar en la hora y el lugar menos indicado. Los tiros se los dieron de espaldas, mientras corría. El hijo del fiscal con competencia nacional dejó a su novia embazada