Controlar el uso que los infantes hacen de la red puede ser complicado, pero es cada vez más necesario en una era donde los más pequeños parecen haber nacido sabiendo cómo mover los dedos por la pantalla de un iPad
Limitar el acceso a internet no es una tarea sencilla. Por mucho que se bloqueen ciertas páginas y contenidos, es muy fácil que el niño termine topándose con cosas que los padres no quieran que vea. Pero, una aplicación creada por programadores uruguayos parece haber dado con la solución, permitiendo a los padres elaborar una experiencia de navegación segura y a medida para niños de entre 2 y 8 años. KidBox, nombrada una de las diez aplicaciones más innovadoras en la última edición del Mobile World Congressde Barcelona, puede descargase en todos los dispositivos que vayan a ser utilizados por menores, permitiendo elaborar perfiles para distintos sexos y edades. De este modo, estos acceden a una internet a la medida de su edad e intereses, sin peligro de que accedan a contenidos censurados, que entablen conversación con extraños o que borren por accidente archivos de los padres guardados en el dispositivo.
Un perfil para cada hijo
«Nosotros queríamos solucionar el problema de los riesgos de exponer a los niños, sin que se sintiera esa restricción. Al revés, maximizando su experiencia cuando está en internet y para que pueda divertirse de forma educativa», le dijo a BBC Mundo Alan Kind, ingeniero uruguayo detrás de KidBox. «Imaginen al niño con su KidBox en su PC, celular, android y también en la PC de la casa de la abuela. El niño puede usarlo en todos esos dispositivos». El sistema funciona de forma bastante sencilla; los padres pueden descargarse la aplicación en todos los aparatos que vaya a utilizar el niño y ésta queda en forma de icono en el escritorio, lista para ser activada cada vez que el niño quiera usar el dispositivo.
«En la primera ejecución, el padre crea un perfil por cada hijo. Es especialmente importante definir la edad y género», explicó Kind. «Dentro del KidBox le proveemos al niño sitios, videos, juegos, libros interactivos, etc… A cada niño según su perfil de edad, nacionalidad y género». «Además, el KidBox aprende lo que le gusta al niño y así le proporciona una mejor experiencia de acuerdo a sus intereses, manteniéndole contento».
Control parental
Los padres por su parte también pueden intervenir en la configuración de la vida en línea de sus hijos, agregando cosas que los desarrolladores no hayan incluido.
«También pueden establecer límites de tiempo y algo que es muy valorado por los padres son los reportes de actividad a los que pueden acceder por internet, para saber más sobre lo que hacen los niños en la red».
Aunque el sistema no permite que los niños accedan a redes sociales donde se de el riesgo de contactar con desconocidos, la aplicación sí cuenta con una «red social familiar», donde el niño pueda interactuar, por ejemplo, con su abuelo, o una página donde los padres pueden colgar y compartir fotografías familiares.
Hace apenas dos semanas Kidbox fue lanzada en inglés y ya cuenta con una versión en portugués que está empezando a penetrar con fuerza en Brasil.
Ingenio uruguayo. KidBox es un ejemplo más del ingenio con el que algunos jóvenes desarrolladores latinoamericanos se están dando a conocer en la red.
Kind, el abogado argentino Martín Larre y Pablo Garfinkel lanzaron KidBox oficialmente en marzo de 2011 y hoy ya tiene 100.000 usuarios en 40 países, principalmente en México, España y Argentina.
El equipo ya cuenta con un total de once personas trabajando en una casa de dos pisos del barrio de Pocitos, en Montevideo, dedicadas a la actualización de la información disponible en KidBox, entre ellas maestras de escuela dedicadas a la categorización y aprobación de contenidos.
«Empezamos con el apoyo de capitales públicos», recuerda Kind, «en Uruguay nos apoyó la agencia nacional de investigación e innovación».
Hoy buscan financiar su proyecto mediante un sistema de suscripciones a versiones Premium de la aplicación, así como la oferta de contenido de pago o la alianza con socios del mundo de la educación y el entretenimiento.
«Creo que especialmente en el último año y medio, cada vez más gente se ha volcado al desarrollo de aplicaciones, mucho en el juego y mucho en Uruguay», afirma Kind.
«Uruguay se ha posicionado muy bien en el desarrollo de juegos a nivel internacional. En términos relativos es el máximo exportador de softwarede la región».
Según Kind, lo bueno que tienen los programadores latinoamericanos es que el talento «es reconocido a nivel mundial».
«Nacen muy buenas ideas, hay mucha gente ávida por ejecutar. Ha habido un crecimiento muy fuerte y creo que va a seguir en ese camino».
Agencias