Se acepta que, frente a las crisis y coyunturas, nos rompamos el coco con los temas puntuales como agilizar y aumentar el flujo de las divisas a precio oficial para los sectores productivos; revisar procedimientos con miras a reducir la permisería y trabas para cumplir las leyes; ajustar precios de algunos productos, entre otros asuntos claves.
Todo lo anterior es válido para bajar la presión del desabastecimiento de rubros esenciales para la vida del venezolano. Pero el mandado completo no está hecho con estas plausibles e indispensables medidas. El horizonte y la visión debe seguir puesta en la necesidad de reindustrializar al país y ello exige una tarea ciclópea que incluye múltiples aristas, desde los factores estrictamente económicos-racionales hasta los sicológicos e ideológicos. Un humilde consejo: no ser esclavo de dogmas. Nuestro Socialismo Bolivariano tiene que ser hecho a nuestra medida como nación.
Con respecto a los temas claves y puntuales que son necesarios definir para reindustrializar al país, haré las siguientes observaciones. Fedeindustria apoya un “Control de Precios Flexible” con actualizaciones anuales. Creemos que la revisión y actualización anual de los precios evita ajustes bruscos por costos represados durante tanto tiempo, verbigracia, los estacionamientos, sus precios permanecieron congelados por más de 4 años y de manera repentina hubo que actualizar los precios considerablemente.
Igualmente, revisar los precios anualmente mantiene los incentivos de inversión en ampliación de plantas y mejoras en la calidad de los productos. En el contexto actual hay que reconocer avances como en el incremento de los precios del pollo, la leche y el queso. Se sabe que hay muchos productos y servicios en la lista de espera para recibir un reconocimiento en el incremento de sus costos y acto seguido, permitir el alza del precio. Ya la Sundecop se encuentra en este proceso.
En cuanto al Control de Cambios, se pueden barajar varias opciones. De entrada, comparto la tesis de mantener un tipo de cambio competitivo que evite el excesivo abaratamiento de las mercancías importadas en nuestro país, algo que ocurre actualmente. Sin embargo dada la poca oferta y la limitada variedad de insumos en el país necesarios para producir, ajustar el tipo de cambio tiene impacto inflacionario, por lo que tiene que buscarse un punto de equilibrio: ni crowding peg (mini devaluaciones frecuentes) ni anclaje por mucho tiempo.
En términos generales, aunque aún es muy temprano hacer un balance, ya se observan determinados avances puntuales en el abastecimiento de algunos productos de la cesta básica y en materia cambiaria.
Miguel Pérez Abad