“Los legisladores de la unidad democrática estamos informando, de representantes demócratas a representantes demócratas del mundo, sobre el diferendo electoral venezolano y las condiciones socioeconómicas del país que llevaron a un vuelco a favor del cambio el 14 de abril. Es nuestra obligación como representantes de los venezolanos que tienen además constitucional acceso a las instancias internacionales. Denunciamos como una mentira más el que se nos señale de instigadores a la intervención de estados extranjeros en nuestros asuntos. No somos nosotros quienes damos asiento del gobierno en la capital de Cuba, ni quienes damos albergue y pactamos con terroristas. Si quieren procesarnos en Venezuela, que no olviden que los delitos de discriminación política son de lesa humanidad, no prescriben nunca y tienen para ser procesados cortes penales internacionales. Vamos a reforzar aún más nuestros diálogos internacionales”.
Así lo señalaron desde la sede del Partido de Acción Nacional (PAN) los diputados Julio Montoya y Miguel Ángel Rodríguez, en la continuidad de la gira emprendida a instancias parlamentarias nacionales y principales organizaciones políticas de México, en la que también han compartido agenda con la legisladora María Corina Machado.
Durante varios días esta delegación de la MUD ha conversado con diputados y senadores del PRI, el PAN, nuevos partidos de la izquierda mexicana, venezolanos residentes en la capital azteca y diversos grupos de interés sobre el tema venezolano. «El mundo quiere saber sobre el diferendo electoral tras el 14 de abril, sobre el golpe al parlamento, sobre la crisis de inseguridad, inflación y escasez que vive nuestra patria; y nosotros tenemos la obligación y el derecho de representar a nuestro pueblo con su verdad y con su voz», dijo Montoya.
Recibidos en la sede principal del PAN por su secretaria general, Cecilia Romero, su director de asuntos internacionales, Jorge Ocejo, y diversos representantes de organización y coordinaciones parlamentarias del partido adscrito a la Organización Democrata Cristiana de América (ODCA), Rodríguez y Montoya argumentaron la decisión de reforzar su diálogo con los «demócratas del mundo, habida cuenta de que ahora el gobierno venezolano no sólo quiere tergiversarlo y criminalizarlo, sino que además inició un contra-ataque en el que han enrolado en giras a representantes del PSUV y están activando aliados en una estrategia propagandística que busca ocultar la realidad venezolana y fustigar ante la opinión pública a quienes institucionalmente han escuchado el testimonio de la MUD en distintas naciones».
Agrupaciones políticas mexicanas podrían someter en fechas próximas el tema Venezuela a consideración de sus Comités nacionales, con el objeto de hacer cotejo con las versiones gubernamentales venezolanas y eventualmente fijar opiniones en favor de la democracia latinoamericana que pasa, según consideró Ocejo, porque en Venezuela funcionen las instituciones en el marco de un régimen democrático de libertades, justicia y transparencia.
Rodríguez advirtió que la «diáspora de venezolanos en el mundo y todas las instituciones democráticas, donde quiera que se hallen, deben conocer que a contrapeso de la idea que promueve el gobierno de Miraflores, somos tanto Henrique Capriles como los millones de ciudadanos que le acompañamos, quienes hemos transitado la vía de las instituciones para saldar el cuestionamiento a los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral en la reciente elección presidencial.
Argumentó que quienes han usado las vías que ofrece la carta magna de su país, han resultado agredidos, perseguidos de distintas maneras y hasta impedidos de acceder al ejercicio de sus derechos. Como ejemplo citó miles de expedientes de empleados públicos coaccionados por la sospecha de que hubieran sufragado por Capriles, casos que calificó como de torturas y tratos crueles contra jóvenes detenidos y obligados a gritar consignas pro-oficialistas y el tema de la violencia en la Asamblea Nacional, que incluyó tanto derramamiento de sangre, como negación del derecho a la palabra y al debate «propio de cualquier parlamento en el mundo».
El Diputado zuliano Julio Montoya insistió en que la democracia es ya un valor universal, tanto como el derecho humano a elegir y ser elegido en condiciones de justicia y transparencia, por lo que acentúa como indispensable que el gobierno venezolano y sus aliados en los poderes electoral, judicial y legislativo; en vez de ponerse a «guerrear» contra la unidad democrática y abrir presuntos nuevos frentes de confrontación política internacional; acepten su deber de cumplir palabras empeñadas y lograr la revisión de los cuadernos electorales del 14 de abril (donde se plasman firmas y huellas dactilares de los electores), con lo que -asegura- Venezuela debería dirigirse a la repetición de las elecciones.
Ambos legisladores expusieron con detalle la expresión electoral del 14 de abril, a su juicio abiertamente favorable al Gobernador Capriles, como producto de la realidad de Venezuela: «con más de 140.000 asesinatos durante los últimos años, una asfixiante inflación hermanada con la pérdida del valor de la moneda nacional por vía de fuertes devaluaciones, la pérdida del poder adquisitivo de quienes tienen empleo, la destrucción del poder productivo nacional y la mayor dependencia de costosísimas importaciones, un endeudamiento galopante que siempre termina pagando el pueblo y, finalmente, el agotamiento del cuento falso sobre el país feliz que la propaganda oficialista ha querido vender».