Los detalles forman parte de las grandes victorias. Y a ello atribuye el manager Dusty Baker la situación de los Rojos de Cincinnati, que barrieron la serie con los Piratas de Pittsburg para sacar 11 juegos y medio de ventaja en la división Central de la Liga Nacional. Eso representa mucho porque, cuando restan 18 juegos, su número mágico es 8.
»Cuatro veces hemos estado con 29 victorias sobre los .500″, recuerda el estratega, «pero nunca habíamos podido alcanzar los 30. Hay que felicitar a estos muchachos, que lo han hecho todo bien», enfatizó frente al reportero.
Homer Bailey, el pitcher ganador (11-7), devuelve los elogios a Baker, a quien considera (junto al coach de banco Chris Speier) muy importantes en la victoria del miércoles. Y aluden a lo que todos consideran la jugada clave.
Fue en el quinto inning, cuando los Piratas conectaron tres de los cinco hits concedidos por el abridor de los Rojos, incluido un triple de Álex Presley. Con este en tercera intentaron un squezze play, pero Baker cazó la seña. Advirtió a Bailey, que realizó un lanzamiento afuera, un tanto bajo, que el bateador Clint Barnes no pudo conectar. Hannagan, el receptor, bloqueó el home y tocó a Presley, en un lance cerrado, pero claro.
Allí, en esa emocionante jugada -como todas las que se dan en home- murieron las esperanzas de Pittsburg. Bailey, que no ganaba desde el 10 de agosto a pesar de solo 2 o menos carreras permitidas en 4 salidas, se mantuvo hasta el séptimo, LeCure lanzó el octavo y para el noveno Baker llamó al novato J.J. Hoover, dándole descanso a Marshall y Broxton, los hombres de confianza del bullpen, que habían trabajado en dos juegos seguidos, así como al cerrador Chapman.
Lo dicho, en Cincinnati cada quien está haciendo las cosas como es debido. Porque Hoover, a decir de Baker, hizo un trabajo «imponente» para el cierre. Fue dominante, sobre los bateadores, y aunque le dieron un sencillo, sacó el inning, con un ponche a Tábata para acreditarse su primer salvado.
»Esto es formidable», diría el novato. «En las menores nunca estuve en un equipo ganador y ahora estoy aquí, en grandes ligas, en camino al título de la división. Hay muy buena química en el dogout».
De cómo hacen las cosas una muestra fue el sexto, cuando Ryan Ludick abrió con un tubey, fue a tercera con largo elevado de Bruce al centro y a la goma con otro fly, de Rolen. Un hit, una carrera, la decisiva, para cargarle la séptima derrota a A.J. Burnett, que antes y después ha sido un gran lanzador y lleva 15 victorias con los Piratas. Con los Yankees, que se lo llevaron por una millonada, no pudo «levantar el pie» en dos temporadas.
Cincinnati está en camino a su segundo título de división en las últimas tres temporadas.
Se le cayó una al «Guti».
Franklin Gutiérrez fue noticia. No por una nueva lesión, ni por un cuadrangular. Fue porque se le cayó un fly. Y es que el jardinero central de los Marineros de Seattle, Guante de Oro y reconocido como uno de los mejores del momento en su posición, perdió el martes un globo aparentemente fácil, salido del bate de Kelly Johnson.
Eso no es común. Y es noticia, porque el venezolano llevaba tres años sin cometer errores, desde el 20 de agosto de 2009. Sumó 963 lances, con 415 en 2010.
Cabrera insiste
Miguel Cabrera retomó el ritmo. Si el martes llegó a 37 cuadrangulares, el miércoles pegó tres hits, anotando una carrera y remolcando la número 118. Su average se elevó a .328, mientras el líder Mike Trout está en .331.
De paso, los Tigres descargaron 14 imparables para nivelar a 1 la serie con los Medias Blancas y recortaron de nuevo a un juego la diferencia en la lucha por el cetro de la división Central de la Americana. Anoche repetían.
Orioles, con drama
En el Este la lucha también sigue encendida. Los Yankees vencieron a los Medias Rojas 5-4, amparados en el poder: dos cuadrangulares de Curtis Granderson (que llegó a 39 y remolcó tres) y uno de Robinson Canó (2 empujadas). Fue la fórmula para apoyar el desfile de 7 lanzadores, con Phelps alcanzando su cuarto triunfo (por 4) y Soriano su 37o. salvado, no sin antes ver cómo, abriendo el noveno, Saltalamaccia enviaba a las gradas el jonrón 24. Eso sí, cuando no han recuperado a Teixeira, Jetter -que, en gran temporada, pegó 2 imparable para llegar a .324- sufrió una lesión, al parecer en un tobillo, «poniéndole mucho» de home a primera.
En Baltimore hubo drama. Los Orioles, que siguen igualados con los Yankees en la punta, requerían del triunfo para evitar que Tampa Bay les diera caza. Hubo duelo durante 4 innings, movimiento del bullpen luego, amagues, y al final ganó Jim Johnson y perdió Kyle Farnswort. Y el hit decisivo lo pegó Nate McLouth para dejar en el terreno a los Rays.
Pero el novato Manny Machado volvió a ser héroe. Ya está dando cosas para recordar, como le sucederá a los más de 26 mil que estaban en Camden. Con hombre en segunda, le partió a un rolling lento de Longoria (casi sin tiempo para sacar), y en actitud de veterano amagó el tiro a primera, girando de inmediato para sorprender al corredor que pasaba de tercera y fue out en corri-corri.
Después el joven de 20 años abrió el noveno con sencillo y anotaría la carrera ganadora con el batazo de McLouth. Y los Orioles, que tienen 15 años sin ganar un título, mantuvieron el empate con los Yankees en el primer lugar. Anoche se repetían las series.